viernes, 24 de octubre de 2008

El chico del parche en la chaqueta

Este post va dedicado al chaval que se siente más aficionado a la automovilística por conducir un Audi respecto al que lleva un Peugeot 206, con abolladuras y que funciona mal.

Al jugador de baloncesto que se siente más deportista que el que hace tiro con arco, ya que sale en la tele y lo ve más gente.

El que se cree mayor fan de la saga por tener la trilogía de "El señor de los Anillos" original y con contenidos adicionales, en referencia al que se bajó el screener pirata.

Al chaval que lleva la camiseta de su equipo de fútbol para ir al campo cada semana y se cree más entendido en el deporte y más seguidor incondicional, que aquel que se niega a dejarse 60 pavos en comprársela y ve el partido desde su casa.

Al que se creía más listo y mejor por haber acabado Bachillerato respecto al dependiente del McDonald's que no tenía ni la ESO.

A la chica que se cree más interesante por vestir de Gucci respecto a la que compra en Bershka.

Al que se siente más intelectual por ir a los cines Verdi-alternativos a ver películas checas en VO, en vez del que va a la Maquinista a ver la última americanada de adolescentes hormonados.

Al chico del parche en la chaqueta, que discutía incesantemente a la chica con camisa de marca, ya que no podía aceptar o entender que supiera más y mejor lo que representaba su parche que él mismo, dadas las apariencias.

A todo el que se levanta por la mañana y piensa: ¡Yo más!


Porque sin ellos... no existirían todos los demás.

martes, 21 de octubre de 2008

La gran mentira del rock

Escuchando y escuchando entre mis carpetas de música no he podido obviar la gran absurdez y/o monotonía que ronda las letras de lo mejor del rock de nuestro país. Sí es cierto que no es sólo un problema que abarca a este estilo, pero escribir un post criticando cosas como "Bulería, bulería, tan dentro del alma mía" (¡olé! que profundidad, que rima tan lograda...) o contradicciones insultantes como "amaestrados, vamos al mismo sitio aunque luego ni entres [...] intoxicado, de que me pongan esa puta música indiferente" (¿Alguien ha ido alguna vez a una discoteca/zona de moda que no pongan El Canto del Loco?). En fin, sin comentarios.

Está claro que para tener una banda de rock no hace falta ser un erudito de las letras, pero a veces la dejadez es demasiado extrema. Fíjate si es poca la importancia del cantante que no sólo da igual qué dice, sino también cómo lo dice. Creo que a la hora de formar un grupo el 90% de las bandas decide poner a cantar al que tiene la voz más desagradable posible. Luego, los que mejor cantan se reparten instrumentos. Pero claro, después alegan que así el grupo tiene más personalidad y más estilo, que no son "típicos y comunes" y que no les interesa la fama en las masas. No sé hasta que punto justifica que los amantes del rock tengamos que soportar berridos y ronqueras crónicas por ello, pero bueno.

Los están que usan la música para deleitar al mundo con sus dotes poéticas. Un ejemplo claro son los "Marea". Grupo que apuntaba altísimo en sus inicios y que poco a poco se les ha ido tomando menos en serio por los puritanos del rock, a la vez que iban cogiendo mayor prestigio y fama entre los adolescentes.

Contextos aparte, el Kutxi comenzó definiéndose a sí mismo como "poeta de cañerías, poeta de mierda de manos vacías". Sus canciones al principio causaban furor y todo el mundo alababa al hombre que conseguía que "la poesía y el rock follen como locos". Hasta le dio por escribir libros y todo. Cuidado, que yo no digo que el tío no tenga talento o lo que sea, pero claro escuchas cosas como "que estar a tu vera o pegao a la pared, mi patera pa' campo a través. Vamos a ver, que se hace día, ¿te vienes o qué?" Pues yo la verdad, debo ser una ignorante, pero mucho sentido y concordancia no me parece que tenga. O eso o se demuesra que la mayoría de la gente cuando escucha algo que rima y no entiende, lo cataloga de arte.

Pero claro, ya si quieres arte escúchate los últimos discos. Tanto ha sido lo que se ha motivado el de Berriozar que nadie es capaz de entender sus últimas canciones. Hay foros por cualquier página donde los seguidores del grupo analizan, trocean y sobre todo, imaginan, con el posible sentido de sus palabras. Los pobres como locos intentando entender que dice el autor con frases como "vengo de trenzar asparto, para la reja de un pedal, despeinando a la tristeza que está recién peiná". Claro que, siempre aparece algún listo intelectual que asegura que "el significado oculto está muy claro, pero esas cosas no se pueden explicar porque la poesía pierde su sentido, y es personal para cada uno". Pobres chavales, como les intentan engañar. Sólo son palabras raras unidas. Que no os engañen, no signican nada.

Por otro lado, en el mundo del rock es muy importante el aspecto reivindicativo, el joven revolucionario que usa la música rápida y agresiva como medio de denuncia social o apologías políticas. Esto son el 80% de los grupos que conocemos. Evidentemente en estos temas, para ideologías los colores, pero es que no se pueden pasar por alto grupos puramente demagógicos y faltos de aportación.

Por ejemplo, nunca he visto un grupo tan identificado con un movimiento político y social como "Obrint pas" que luego dijera tan poco en sus canciones. Estoy segura que si la mitad de la gente que les sigue se parase a escuchar lo que dicen, seguiría siguiéndoles únicamente por sus ritmos y su dolçaina (o gralla, para los del norte) como hasta ahora, pero nada más. No he escuchado canción de este grupo que no repitiera al menos una vez la palabra "terra", normalmente acompañado por "la meua terra" o "la nostra terra". No necesitas más de un disco para saber cómo son todas sus canciones. No necesitas más que una canción para saber qué dicen todas las demás. En todas el patrón fundamental es estar triste, desesperado, vencido por las injusticas del sistema pero con esperanzas de futuro para que se salve su TIERRA. Todas, todas, todas. En fin, lo dicho, para eso que sea un grupo instrumental, que al menos de tocar saben un rato.

Lo que empiezo a pensar es que muchas veces no estamos hechos para escuchar o quizás, pensar. Desde el mundo del rock se critica todo lo comercial, mayormente, porque son canciones sin sentido que no hablan de cosas importantes. Y sí, probablemente sea cierto, pero es que en el rock todas las canciones van de lo mismo. No veo mucho la diferencia. Hay una serie de tópicos a los que tienes que cantar para triunfar en el mundo del rock nacional. A continuación, voy a enumerar una serie de temas, con sus respectivos grupos representativos en el paronama, que han aportado su granito de arena al "sí sentido y originalidad del rock sobre cosas importantes". Anota, triunfar no es tan difícil si sabes como:


1.- La antitaurina; si quieres ser buen rockero tienes que odiar a los toreros y la tradición del país:

Barricada: Rojo.
Reincidentes: Grana y oro.
Ska-p: Abolición y Vergüenza (estos por partida doble).
Soziedad Alkoholika: Motxalo.

2.- Imprescindible, la antifascista-antinazi-antiskin... todo vale:

Boikot: No pasarán (por poner una...).
Reincidentes: Nazis nunca más.
Ska-p: A la mierda.
Soziedad Alkoholika: Ariel ultra.

3.- Intifada; Israel contra Palestina:

Reincidentes: Yaveh, se esconde entre las rejas.
Ska-p: Intifada.
Soziedad Alkoholika: Nos vimos en Berlín.

4.- Contra la violencia de género:

Boikot: Penadas por la ley, Bajo el suelo (también doble, se ve que no quedó claro a la primera).
Reincidentes: Ay, Dolores.
Ska-p: Violencia machista.
Soziedad Alkoholika: José Andrés.


5.- Contra la iglesia, religiones y demás:

Reincidentes: Rip rap.
Ska-p: La mosca cojonera, Crimen sollicitationis.
Soziedad Alkoholika: No quiero participar.

6.- La vida del mendigo, pero como un héroe marginado por la sociedad:

Los Suaves: Pardao.
La Fuga: Miguel.
Soziedad Alkoholika: Cuando nada vale nada.
Ska-p: El olvidado

7.- Drogas, da igual lo que digas de ellas:

Reincidentes: La viuda.
Ska-P: Mis colegas.
Benito Kamelas: Cocaína.
Extremoduro: Necesito droga y amor, Pepe Botika, La carrera, Me estoy quitando, Salir... mmm ¿cuál no?

8.- La navidad es mentira:

Ska-p: Villancico.
Soziedad Alkoholika: Feliz falsedad.
Extremoduro: Villancico del Rey de Extremadura (mmm... no espera, también va sobre drogas).

Y podría seguir así con temas y temas, grupos y grupos.
No quiero tirar piedras sobre mi propio tejado, sólo critico lo que conozco y opino con lo que digo.
¿La mentira del rock&roll? Decir que no es sólo música, quizás.

viernes, 10 de octubre de 2008

Dejadme explicar

Da igual invierno o verano, en la ciudad litoral nunca pisas la playa a no ser que sea por la noche. Recorrer cada día las mismas calles mirando al suelo, siempre mojado por los manguerazos, o en su defecto, los meados públicos. Salir de casa con la esperanza de comerte el mundo aun sabiendo que es sólo un insignificante Viernes más.

Coges el metro, demasiado moderno como para estar en obras, pero también demasiado viejo como para ir bien. Siempre dentro algún gilipollas con el móvil abierto y su música puesta para todo el vagón. Le miras mal, y te devuelve una sonrisa cómplice, como dándote las "de nada" por amenizarte el viaje. A tres metros, cuatro garrulos con oros y camisa de marca se discuten por qué gomina deja mejor el pelo. Miras el panel y tu parada no está lejos, pero aún así te preguntas en qué mundo debes estar.

Bajas en la parada de la alegría y la diversidad. Atraviesas el corazón de la alternanza y la juventud de Ciutat Vella. Entras en el Trallers, y con suerte, te pondrán música que te marcará. Quizás te pasas por el Groucho a tomarte un chupito por un euro aunque Julito, el camarero, siga siendo un gilipollas. Entras a l'Ovella para beber el mejor calimotxo de toda la ciudad condal. A la hora de la cena entras en el bar de al lado y te vas sin pagar. Para la última caña, el sitio del cartel amarillo resulta que está genial.

Sales al alma de la ciudad. Cruzas las Ramblas borracha, cuando es muy tarde para estar por la calle pero están más llenas que nunca. Comienzan a desaparecer los turistas y empieza a llegar la gentuza. Con el tiempo te das cuenta, que tú estás ahí igual. Llegas a Escudellers y como siempre, antes de entrar, un coche de los Mossos apatrulla en la plaza. No quieres ni mirar a cuántos tienen parados ya.

De parada obligatoria a huida inminente. No quieres ni mirar al "Cielo" porque la Maite nos está observando. Pasas de largo y te metes en el Rocanrol, que tienen la cerveza más barata y un billar de verdad. Para variar, las camareras pidiendo carnets, y las paredes repletas de carteles de sitios a los que ir. Pero que como siempre, nunca vas.
Sales a buscar tabaco porque una mierda de ley quitó las maquinas expendedoras de media ciudad. Entras al Tequila a comprarlo, que desde que lo cambiaron, es para lo único que sirve. Definitivamente, con un pedo monumental, te pasas al Heaven antes de que cierren. O aunque cierren, es igual, puede que salgas de madrugada. Aunque sea una mierda, es un sitio genial.

Llegada la mitad de la noche estamos lo suficientemente pobres como para no querer ir a ningún sitio más, pero también bastante animadas como para volvernos a casa. Los días de alegría buscaremos camino al agua del mar, dirección guirilandia, o por otro lado, más bien hacia la arena de la playa, dirección a la promiscuidad. Los días normales, vagarás.
Buscarás callejones oscuros donde contribuir a la porquería que llena la ciudad. Con suerte encontrarás algún lavabo-discoteca donde mear. Y como siempre, en cada esquina, una nueva lata te esperará.

Caminas sin rumbo por las peores calles, te cruzas con la peor gente y repites conversaciones que ya no tienen nada que aportar. Te lamentas de tus errores y te compadeces de tu simplicidad. Sacas conclusiones. Abres una lata más.
Acabas en la plaza del irlandés, y te acuerdas que hoy tampoco has pasado a tomarte una Guiness. Cuando seamos ricas, quizás. Miras al Valhalla y te acuerdas que el bar no pintaba mal, pero ver cucarachas corriendo por la barra tampoco era muy normal. Te tomas el último trago y te vuelves a levantar. O desayunas en el Estudiantil, o vas al Super a comprar anchoas. Nunca tiene por qué acabar.

Barcelona ciudad. El lugar donde puedes cumplir todos tus sueños, pero cada día te despertarás igual. La ciudad del mar y de las rosas. Tu ciudad.

Llegas a casa y te acuestas, soñando con irte lejos y no pisarla más. Barcelona ciudad, llena de encanto de tristeza, de fracasados y por fracasar.

Eres lo que más nos gusta. Eres una ciudad para soñar.

Siempre que quieras puedes volver a tu casa. Aunque ella nunca nos extrañará.

Diciendo gilipolleces y haciendo nada del otro mundo

Que es lo que nos mola.

jueves, 2 de octubre de 2008

1 Player

Siempre fui una niña solitaria. Quizás es lo que tiene crecer sin hermanos, rodeada de familiares adultos. Ni siquiera tenía unos primos cercanos, o algo, de mi edad. Me pasaba las tardes inventando juegos para uno en los que ni siquiera necesitaba amigos imaginarios para jugar. Me sentía bien cuando aparecían la Arale o Son Goku, me hacían compañía, pero tampoco los echaba en falta cuando se iban.
Por las mañanas no necesitaba de nadie que me acompañase a clase. No era como algunos de mis compañeros que quedaban a cinco minutos del cole para poder hablar o cotillear de algo de buena mañana.
Recuerdo incluso que en educación física, mientras dábamos interminables vueltas al "patio rojo" corriendo, no me unía a grupos chismosos y lentos. Cogía mi ritmo y no me casaba con nadie. Me gustaba la soledad.
No es que nunca haya sido sociable, todo lo contrario. Siempre tuve muchos "colegas" dispuestos a ofrecerme compañía o pasar un rato conmigo. Pero incluso más de mayor tampoco olvidé mis manías. Me gusta ver películas, series, escuchar música o ver toda clase de deportes, eso sí, sola mejor. No todo el mundo entiende que prefieras tragarte un Barça-Madrid en casa sin nadie más con quien discutir, que no en un bar con amigos y cerveza. Y no es que no me gusten mis amigos. Quizás me gusto más yo.
Cuando salgo de fiesta, no soy de esas chicas que necesitan ir de dos en dos al lavabo. Es más, cualquiera de mis amigas sabe que si entran conmigo no puedo mear. Es más más, diré que no entiendo a la gente que hace sus necesidades en presencia de otras personas. Pero bueno, eso ya podría ser tema para otro post. De momento

sigamos hablando de mí. No me gusta ir de compras y menos en compañía. La gente no me deja elegir con claridad lo que realmente quiero. Aunque no digan nada.
Prefiero hacer autodefinidos y sudokus a jugar al ajedrez. No me gustan las multitudes, odio la navidad. Duermo con una almohada individual y en una cama de 80. La gente se pregunta, por ejemplo, por qué siempre llevo los calcetines diferentes y nunca con su par. Sí, lo estáis pensando, los compro individualmente.
Odio los 2x1. Nunca quedo con nadie para compartir la oferta del Pans & Company. Los bocatas y pizzas que pido en los restaurantes son de un solo ingrediente. Los cubatas, de sólo un líquido, nada de refrescos. Incluso los chupitos.
Cuando tengo que hacer prácticas en la universidad, nunca elijo una pareja. Me masajeo yo sola, aunque sea la espalda o los Isquiotibiales.
Mi coche no tiene asiento de copiloto. Sólo tengo un casco para la moto. Un mando para la play. Mi Messenger no tiene carpetas para compartir. Ni siquiera juegos en línea.

Pero aún así, soy feliz. Hay un refrán que dice que la compañía no da la felicidad. Siempre y cuando tengas dinero, creo yo. De todas maneras, lo bueno y lo mejor, es que nunca me siento sola. Y no sólo en el metro o en el cine.
La mayoría de las veces, nunca echo de menos a nadie. Por otro lado, cuando estoy acompañada nunca echo a nadie de más. Al fin y al cabo, por tu vida pasará mucha gente. La mayoría estarán un tiempo y luego se irán. Yo creo que lo mejor es intentar llevarse bien con todos ellos. Sacar lo mejor de cada uno y escondértelo para ti. Después, con el tiempo, recordarlo. Pero sobre todo no olvidar que nadie es tuyo como tampoco eres de nadie.

Hoy me he comido una ración de tortelini para dos personas yo sola. No por hambre ni gula. Por soledad. El día que el plato se quede lleno el juego habrá acabado. Player 1, you lose. No dejes que la falta de coins arruine tu velada. Tarde o temprano, en algún momento, alguien volverá.