miércoles, 25 de mayo de 2011

Libera tus pechos

Tengo tantas cosas en la cabeza de las que poder escribir que ahora mismo sólo pienso en una clara y concisa: empieza a hacer un calor que apetece ir desnudo por la casa.

Así que voy a quitarme la ropa.

sábado, 21 de mayo de 2011

Ruido

Cuando una multitud de entre -8.000 y 20.000- personas (según quien haga el recuento) se concentra en un punto a hacer ruidos con ollas, sartenes y cazos durante 1 hora y 30 minutos, es porque quieren expresar algo. El ruido es molesto, irritante y desesperante. Pero casi nunca gratuito.

Cuando ocurre alguna desgracia, la gente grita de miedo y pánico. Cuando pasa algo bueno, se grita de alegría. Como dirían los LOL: "El grito siempre acecha: ES LA RESPUESTA".

Después, cuando miles de personas deciden parar su vida en puntos concretos a lo largo de toda la geografía de un mismo país, merecen -por lo menos- ser tomados en cuenta. Cuando se quiere menospreciar desde los medios y altos cargos mandatales del mundo el movimiento, tachándolo de rabieta post-adolescente y 'exceso' de tiempo libre, pero al llegar ves multitudes de TODAS las edades posibles concienciados por un mismo fin: la lucha. Sólo entonces puedes ver que lo que está pasando ahora mismo en este país tiene sentido.

Quiero pedir disculpas al mundo. Quiero pedir disculpas a esa jovenzuela valiente y reivindicativa que fui con 15 años. A quien se pasaba horas y horas entre libros, películas, relatos, novelas, anécdotas... explorando lo que había sido la historia del mundo y en concreto de este país, creyendo y soñando que el mundo podría cambiar como tantas veces lo había hecho ya antes, sabiendo que lo que llaman democracia no implicaba justicia social. Y perdonad que me ponga un poco bohemia; al fin y al cabo es lo que era a esa edad.

Pero reconozco sinceramente que perdí la ilusión. Perdí la fe en el cambio y en las soluciones. Perdí la ambición y las ganas de luchar. Única y exclusivamente porque no creía en la sociedad. El mundo estaba acomodado, acobardado e impasible ante las injusticias, indiferente, sin preocupaciones reales. Y sin contagiarme, me dejé llevar por la pasividad.

Pero ayer, no sé si el mundo, la vida, el tiempo, la casualidad... me dio una lección. Ya lo temí hace mucho: "Con el tiempo, todos acabamos convirtiéndonos en aquello que nunca quisimos ser".

Por una vez en este blog se cambian los papeles: punto positivo para la sociedad, idiota de mí.

Ánimo para toda esa gente que día a día lucha por demostrar que no somos tan tontos, ni estamos tan locos.