viernes, 28 de enero de 2011

Del toro al carnero de Dios

Hoy en día puedes elegir todo en esta vida. El que crea que es algo, o tiene algo predestinado desde el momento de su nacimiento, está equivocado. Puedes elegir la música que escuchas, la ropa que te pones. Incluso puedes elegir tu equipo de fútbol, algo que normalmente te viene de pequeño por infulencia familiar y te queda para toda la vida. He conocido gente que se cambia de equipo a los veintipico por sentirse más identificado con la filosofía de un club que con la de otro, aunque fuera máximo rival. Puedes elegir tu color de pelo, e incluso tu sexo. Si me apuras hasta tu sexualidad, metes en tu cama a quien te da la gana.

Quizás lo único que no puedes elegir es el lugar donde naces y quien te pare, ya que realmente no tienes voluntad ni decisión respecto a ello. Pero ahora ya sí puedes hasta elegir qué constelación prefieres que haya sido la que el Sol atravesara en el momento de tu nacimiento. Bueno, miento, quizá esto también viene predefinido, pero para el caso que nos interesa digamos que puedes elegir tu signo del zodíaco. Sí, sí, como leéis, podéis elegir horoscopo a antojo y gusto. De hecho, yo que toda la vida había sido Tauro, ahora me encuentro que en realidad nací bajo el carnero de Dios, alias Aries. Así que nada, elegiré a ojo según me convenga y me interese, y si quiero, hasta elijo Ofiuco que por nuevo y original tiene pinta de molar. Total, puestos a seguir una gilipollez, la seguimos como nos da la gana.

Todo esto viene al "reciente" descubrimiento de la nueva constalación en el universo. Bueno, más o menos, lo de reciente lo pongo entre comillas porque lo que pasa es que yo me he enterado ahora, y me pienso que el mundo también. Pero la tal constelación de Oficuo siempre ha estado ahí metida entre Escorpio y Sagitario, aunque al parecer a los babilónicos que dictaron las leyes todopoderosas de la astrología no les caía bien, o no les gustaba el 13 como número de signos zodiacales, así que decidieron excluirlo. Total, -a la gente que naciera bajo esta constelación, fijo que no les iba a importar demasiado-, debieron pensar.

El caso es que la cosa no queda ahí. El tema es que por unas historias de movimientos de precesión de la Tierra, equinoccios y tiempos sidéreos varios, hace mucho tiempo que nadie tiene el horoscopo que cree tener. El Sol hace tiempo que ya no pasa en el tiempo predefinido por una constelación concreta como se cree. Eso era hace 2000 años cuando se fijaron los parámetros. De hecho, ni siquiera se pasa el mismo tiempo en cada constelación como cuentan las cartas astrales, que siempre es de aproximadamente un mes.

Pero no escribo todo esto para desenmascar la falsa que resulta ser la astrología. Ni la personalidad, ni el futuro, ni nada, viene regido por unas estrellas que hace tiempo no están donde cuentan y creen, y sirve para que cuatro idiotas se lucren gracias a la estupidez (ejem, perdón, ¿debería decir curiosidad de saber el futuro?) de algunas personas. Eso hace tiempo que lo sabemos. La astrología es la religión de las estrellas. Sería como la NBA de las Ligas para crédulos.

Escribo esto porque he encontrado una fantástica lista donde podemos ver en qué momento exacto nacimos, en relación a la constelación y el paso del Sol por ellas. Y puesto que el cambio y los movimientos afectan más o menos 1 día por cada 70 años, seguramente todos podamos encontrar aquí la relación correcta respecto a nuestro día de nacimiento.

En la lista aparece primero la constelación (en latín), los días que la astrología clásica marca, los días reales en los que pasa el Sol por ellas a día de hoy, y por último, el tiempo que el Sol pasa en ellas (en días).

Capricornius: Dic.22 a Ene.21. // Ene.21 a Feb16. / 28

Aquarius: Ene.22 a Feb.21. // Feb.18 a Mar.11. / 24

Piscis: Feb.22 a Mar.20. // Mar.11 a Abr. 18. / 38

Aries: Mar.21 a Abr.21. // Abr.18 a May.13. / 25

Taurus: Abr.22 a May 21. // May.13 a Jun. 22. / 40

Geminis: May.22 a Jun.21. // Jun.22 a Jul.21. / 29

Cancer: Jun.22 a Jul.21. // Jul.21 a Ago.10. / 20

Leo: Jul.22 a Ago.21. // Ago.10 a Sep.16. / 37

Virgo: Ago.22 a Sep.21. // Sep.16 a Oct.31. / 45

Libra: Sep.22 a Oct.21. // Oct.31 a Nov.23. / 23

Scorpius: Oct.22 a Nov.21. // Nov.23 a Nov.29. / 8

Ophiuchus: (ignorado en astrología) // Nov.29 a Dic.18. / 19

Sagitarius: Nov.22 a Dic.21. // Dic.18 a Ene.21. / 34

Pues eso, elegid ahora que lo sabéis lo que más os guste o lo que queráis ser para cuando os pregunten. Yo me quedo con Ofiuco aunque naciera bajo otra constelación. Al fin y al cabo, ¿qué más da? No soy el momento en que nací. Soy lo que me da la gana. Sí señor.

La lista la he copiado íntegra de otra página, sin encontrar el autor.

jueves, 27 de enero de 2011

Todo lo que no sé

Hoy me he levantado a las 2 del mediodía. Ha sido por un fallo técnico, sí, pero igualmente, creo que he tocado fondo.

No sé si 3 ó 4 años después puedo volver a fregar en el fregadero. Nunca pensé que algo así podría hacerme tan feliz.

El otro día tuve un sueño muy curioso. Según pasa el tiempo, muchas veces no he podido evitar pensar que me alejo peligrosamente cada vez más de mis tiempos de estudio sin poner en práctica esos conocimientos. Creo que todo el que alguna vez se ha visto en esta situación estoy segura que ha pasado por lo mismo, y le ha recorrido el mismo temor: el miedo a olvidar todo lo importante y no ser capaz de hacerlo bien cuando vaya a llegar el momento.

Es como la gente que se saca el carnet de conducir, y luego por falta de tiempo, o de vehículo, o lo que sea, no vuelve a tener la oportunidad de tocar un coche hasta años después. Cuando llega el momento, y como es evidente, tienes miedo de no saber, de no sentirte capaz e incluso de que seas peligroso porque seguramente VAS A fallar. O al menos eso te dice tu cabeza. Pues a mí me pasaba más o menos lo mismo.

El caso es que el sueño reflejaba un poco este temor y me enfrentaba de cara contra él. Ocurría una situación y alguien esperaba de mí lo que esperaría cualquier persona al saber mi profesión: reacción y respuestas. Pero no ocurría. Yo me quedaba paralizada sin saber qué hacer ni qué decir.

Persona: ¿Es que acaso no eres fisioterapeuta? ¿No sabes que pasaría si no ayudamos a esta persona con esta posición?

Jade: ehmm....

Persona: ¿No sabes que hay peligro de rigideces articulares, disminuiría el líquido sinovial y por lo tanto aumentaría el dolor?

Jade: Sí, bueno, y la atrofia muscular y tal... (sin saber absolutamente nada más que decir).

Persona: Sí, la atrofia y en consecuencia la deformidad. El peligro de trombosis, la pérdida de reflejos, la aparición de adherencias... Tenemos que evitar la aparición del reflejo miotendinoso, tenemos que hacer corrección postural y normalizar los desequilibrios musculares, relajar antagonista antes de potenciar agonistas... ¿en serio no recuerdas nada? ¿toda esta lista de cosas que te repiten hasta la saciedad en la universidad?

Y más o menos el sueño acababa por ahí. O seguía y luego ya no recuerdo que pasaba. El caso es que me enfrentaba de cara a un gran temor y ocurría lo peor: que perdía. El gran miedo hecho realidad.

Al despertarme tuve exactamente la misma sensación. Cómo podía haber olvidado todo eso, tan básico si quieres ejercer, lo mínimo para ser un poco útil. Se había ido de mi cabeza durante el sueño y durante el día a día. Todo lo que esa persona me dijo durante el sueño, es todo lo que ya no sé, lo que he olvidado después de tanto tiempo. Lo curioso es que esa persona sí que lo supiera, y yo no.

Y sonreí. Es curioso como a veces tu propia mente puede darte lecciones a ti mismo. Eso sí, hasta que me di cuenta... lo pasé un poco mal.


Y recordad: Ti nunca se acentúa. Puedes decir que aquella es TU casa, y que el de la foto eres TÚ. En ese caso es necesario el acento diacrítico. Pero aunque un regalo pueda ser para TI, nunca dirás que es TI regalo. Por lo tanto, no hace falta diferenciarlo de nada. Por lo tanto, no lo acentuaremos nunca (a no ser que queramos molestar a Xuper, en ese caso está permitido).

viernes, 14 de enero de 2011

Para gustos... las edades

Hay cosas que inevitablemente van ligadas a la edad. Igual que de pequeño no vas a ver thrillers de misterio al cine, de mayor no se suele ir a ver películas Disney (si no es con niños claro, aunque te sigan gustando). Por eso es innegable pensar que quizá lo que te gusta con 20 años, lo hará menos, o de diferente manera a los 30, e igual ya nada a los 40.

Eso pasa con muchas cosas, no sólo con los gustos. También puede ser con las opiniones y mentalidades. Lo que te parece normal o divertido a una edad, puede parecer absurdo o indecente a otra. Es por eso que, ejemplificando de sobremanera y haciendo alusión al último libro que me he leído (Diario de un skin), no existen los skin neonazis mayores de 30 ó 35 años.

Todo esto viene a razón del vídeo de la chica defensora de Justin Bieber. No, no pienso colgarlo aquí, y si no lo habéis visto, creedme, eso que os ahorráis. Pero esa chica dentro de unos años verá lo que ha hecho, cómo ha hablado, qué ha dicho y qué ha defendido y evidentemente sentirá vergüenza de sí misma. Con el tiempo cambiará con toda certeza su forma de pensar, y espero que también, sus gustos.

Pero no estoy diciendo que tenga nada de malo defensar lo indefendible. Tiene todo el derecho del mundo a que le guste Justin Bieber (o quien sea). Es bueno ser jóven y seguir algún fenómeno fan. Yo también lo seguí con 11 años y la época Backstreet Boys y demás. Aunque tampoco me duró mucho, la verdad.
Lo que quizá cuestiono es la manera de hacer las cosas y en como nos ponemos a veces a la hora de defender algo. Supongo que está bien eso de valorar y hacer respetar nuestra opinión y lo que nos gusta, pero igual siempre hay que dejar cierto margen al error o distancia con opiniones ajenas. Más que nada porque igual, ya no sólo podríamos estar haciendo el rídiculo delante de otra gente, si no que también con los nosotros mismos del futuro.

Explicación del post: Autocrítica personal. La importancia de no creer tener la razón absoluta sobre algo aun por muy seguro que creas estar. Bueno, eso, y pensar que muchas de las cosas en las que puedas creer ahora, serán basura dentro de un tiempo. Forma parte de madurar. Así que esta es mi conclusión: o estás de acuerdo conmigo, o tienes una mentalidad de 14 años todavía.
Explicación de la conclusión: Esto último es broma.

NOTA: ¿Alguien más se ha percatado que he metido en el mismo saco, hablo de ellos a iguales, los equiparo, me resultan más o menos igual, los neonazis y la niña loca del Bieber? Juas, madre mía, que loca estoy. Que alguien me pare.

lunes, 3 de enero de 2011

Sálvese quien pueda

Todo se desmorona. Y si no todo, sí lo hace aquello que no se puede controlar.

La gente te odia porque sí, por inercia, por costumbre. Porque sin más de repente te has convertido en el enemigo. Porque ya no eres la misma que habías sido durante 23 años; ahora ya nada de lo que hagas será reconocido nunca como mérito tuyo. Porque ahora todo lo que haces, todo lo que tienes y todo lo que eres, es porque te lo han regalado.
Yo no he elegido tener la vida que tengo. Ni yo ni nadie. Como dirían aquellos: "Puede ser que mañana esconda mi voz, por hacerlo a mi manera. ¡Hay tanto idiota ahí fuera! Puede ser que haga de la rabia mi flor, y con ella mi bandera. ¡Sálvese quien pueda!"

Dejadme que apunte la opinión de esas personas en esa lista mágica que empecé hace poco sobre "cosas que me importan una mierda". Y de verdad que lo hacen (lo de importarme una mierda). Suficientes cosas tengo yo en la cabeza como para preocuparme por ser el foco de odio de los fracasos ajenos. Para ti no hay barbacoa, lo siento.
¿Puede sonar demasiado arrogante? Quizás sí. Pero no quiero serlo. Sólo intento sobrevivir. Y dormir por las noches. Todo, siempre, es por dormir por las noches.

Explicación del post: Sensación que tiene una persona al saber que el 75% de la gente con la que se cruza, o se cruzará el resto de su vida, tendrá esa visión y opinión sobre ella por siempre jamás. Por rabia o envidia o pura frustración de pensar que conseguió en un día algo que al resto de la gente le cuesta una media de 30-40 años. Como si eso le quitara todo el derecho a queja, réplica o sufrimiento, para el resto de su vida.

¡Sálvese quien pueda!





PD: ¿He dicho alguna vez que este grupo cada día me parece mejor?