sábado, 26 de septiembre de 2015

Breve reflexión sobre la independencia y el conflicto catalán

Día de reflexión. Hoy no se puede hacer campaña ni apología política. Por eso yo, que no lo hago nunca, me voy a dedicar a reflexionar.

Sea cual sea el resultado de mañana, para mí habremos ganado algo muy importante el Lunes cuando nos levantemos y todo haya pasado. Se llama paz. La mayoría de las personas que habitamos tierras catalanas (las cuales por cierto, adoro por ser mi tierra y el hábitat de la mayoría de mi família y amigos) estamos hasta las narices de las campañas políticas. Lo copan todo, las tertulias televisivas, las radios musicales o deportivas, las calles, las plazas, cada esquiena. Todo es campaña. Hasta los vecinos con sus banderas en los balcones. Todas indepes, hay que decirlo.

A mí, como que desde hace mucho tiempo la política me aburre. Aunque no siempre fue así. Cuando empecé a descubrir el mundo (por decirlo de alguna manera) a los 16 años o así, inmersa en un estudio constante en el instituto de la historia y la sociología, me apasionaba debatir y defender mis ideas. Posturarme en una cosa u otra, eso sí, por aquel entonces aún tirando más por lo que se supone tenía que defender según mis supuestas ideas, que no por lo que pensaba realmente. Es normal que a esa edad aún no sepas diferenciarlo bien.

Pero hace tiempo me aburrió, nunca nadie realmente gana y nunca vas a conseguir contentar a todo el mundo. No todos vamos nunca a estar convencidos en los mismo ni vamos a creer en lo mismo. Por lo tanto, no tiene sentido discutir si no aprender a respetarse. Lo demás es sólo ansia de poder.

Y eso me parece a mí que es el conflicto catalán. Sintiéndolo mucho por todos aquellos que creen que una independencia resolvería sus problemas, a mi parecer, sólo le harían aparecer otros diferentes. Más que una secesión cultural es una económica, ya que copan el 95% de los argumentos separatistas. El pueblo no sufre, la sociedad catalana no está marginada, y los hechos pasados que la azotaron, azotaron por igual al resto de España. No puedo seguir unas ideas que se nutren básicamente por la obsesión por el dinero. Va en contra de mis entrañas.

Por eso, a mí que ni me interesa la unidad del país, ni la separación, ni nada que tenga que ver con nacionalismos ni nada que nos haga sentir mejores o peores a unos respecto a otros, estoy deseando que llegue el Lunes. A ver si de una vez, el Lunes lo dejan.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Reinventarse es de sabios

No quiero ni mucho menos exagerar; llamarme a mí misma "sabia" es demasiado atrevido incluso para una reflexión de Domingo a inicios del anochecer.

Lo de reinventarse es otra historia. Y creo que le he pillado el truco a mi vida, y precisamente es ése. Reinventarse. Soy una persona de naturaleza algo incompleta, que necesita siempre inyectarse emociones y sensaciones en vena porque si no en seguida cae en la monotonía y se siente vacía. Caigo en el nihilismo más aburrido. En las pastillas rosas. Bueno no, eso no. Me queda algo de cordura aún cuando me deprimo.

Pero lo de reinventarse es algo que todos tenemos que hacer de vez en cuando. Hay gente que lo hace de forma natural, como quien se prepara un zumo -natural- cada mañana. Yo no lo hago, por pereza. Y así con todo. Por eso a veces tengo que tirar de mí misma cogiéndome del cuello de la camiseta y haciéndome actuar. Cual títere con cabeza.

Y en eso estoy ahora mismo, reinventándome y mucho. Muchos cambios a cada cual más emocionante en mi vida. Tengo ilusión y siento la adrenalina. Os voy a hacer un resumen aunque ya sabéis, que lo importante no son los hechos, si no las reflexiones:

-  Estamos redecorando la casa y terminando detalles que llevaban a medias mucho tiempo ("ordena tu cuarto, ordena tu vida" ¿Lo recordáis? ¿No? No os culpo).
-  Estoy ideando muchos planes, viajes, actividades... (nos vendrá bien tener menos tiempo libre en casa).
-  Siento la emoción de un niño que empieza temporada nueva y tiene aún mil partidos que empezar (creo que a nivel deportivo este año será un paso adelante).
-  Sigo confiando en que llegaré a la media maratón de Barcelona (aunque sea sólo mentalmente).
-  Cuerpo sano, vida sana (arribas las verduras, arriba las frutas. Adiós a los fritos, adiós al azúcar).
-  Vuelvo a estudiar (este quizás es el más importante, aunque haciendo balance de mi vida estos últimos años, creo que nunca he dejado de hacerlo. El tema es que nadie me evaluaba).

Y así hasta que vuelva a entrar en depresión y tenga que reconducirlo todo otra vez. Y así vamos.