martes, 31 de marzo de 2009

¿Cómo estás?

Y la próxima vez que te vea, te preguntaré que cómo estás. Y querré que me cuentes tu alegrías y tus penas, lo que piensas y lo que harás.

Pero sobre todo te preguntaré cómo estás. Como lo haría en cualquier situación, como lo haría con cualquiera de las demás.

viernes, 27 de marzo de 2009

El blog que me inspiró

Esta noche he soñado que me ofrecían un curro. No tiene mucho de especial pero me ha hecho pensar un poco.
¿Debería comenzar a intentar ligar con los dependientes de cualquier establecimiento? Nunca se me han cumplido los sueños, pero quién sabe, lo mismo es una señal.

Por lo demás todo sigue igual: mis tostadas integrales de primera hora se me quedan frías mientras babeo leyendo -algúnperiódico- en el metro. Después hasta que no ingiero litrosylitrosy de café no se me puede considerar persona. Aish, este mundo...

Por este finde estoy ilusionada. Me da un poquito de pena que una de mis muchas amigas abandone el país para irse a currar a "gabacholandia" pero la fiesta de despedida va a ser cool, ¡MUY COOL! ¿A que no adivináis a qué bebida me voy a emborrachar?

Y seguidamente vendrían comentarios y comentarios de gente adivinándolo.


Lo de los blogs puede ser un mundo muy curioso. Hay comunidades montadas de gente que puede pasarse horas enlazando de uno a otro, riendo y comentando sobre vidas de gente que no conocen en persona, pero por lo que han leído, podrían hacer un resumen de su vida más certero que el que haría cualquier primo un poco lejano.
Y eh, que esta vez no voy a ponerme a criticar y banalizar con el tema. Voy hablar, sin nombrar, del blog que me inspiró.

Primero de todo que no quiero hacer nada de publicidad. No voy a poner ningún enlace ni contar ninguna anécdota. Lo sé, la autora estaría desilusionada, pero igual es que hasta su blog habla más de mí que el mío propio. Y eso pues claro, da reparo.

Tampoco voy a decir como llegué hasta a él. Bueno, sólo que buscaba unos subtítulos para una serie en concreto, y como había dedicado un post para esa serie, la conocí. Y surgió el chispazo.

También hay que decir que he visitado otros blogs (aunque nunca he sido muy asidua, la verdad) pero no sé si por las historias, o la belleza de los propios relatos en sí, éste me impresionó más que ninguno. Bueno, tampoco quiero parecer exagerada, cabe citar en el contexto que todos hemos sido jóvenes y pasaba por una época en la que impresionarme era bastante más fácil que ahora. Como muchas otras cosas, vamos.

El blog hace tiempo que cerró. Me dio una pena terrible, pero me lo tomé como una de esas series que cancelan de golpe porque no da los resultados de audiencia esperados, y te quedas a mitad de muchas cosas. Con el consuelo de poder releerlo siempre que quisiera, hasta que un día, le diera la vena a la autora y lo eliminara de la red.
Un día después del fin hasta le escribí un correo a la autora (ya que los bloggers serios ponen su correo de contacto por ahí, no como yo, que soy una rancia). Nunca me contestó, lo que me desilusionó durante aproximadamente 3 días, después ya lo olvidé. El correo y un poco el blog también, la verdad.

Me acuerdo ahora de esto porque pienso en que lo mejor que tenían sus relatos es que eran cortitos y concisos, aunque daban mucha información, y actualizaba diariamente. Vamos, no se puede decir que intentara nunca tomar su estilo para hacer lo mío. Era una persona que hablaba claro y sin tapujos. Supongo que de ahí el éxito. A la gente no nos gusta demasiado que nos compliquen la vida. No sé.

Dicho lo cual que nadie se asuste; lo de hoy es casi una casualidad y no voy a atormentaros con actualizaciones diarias ni historias sobre lo que sueño o dejo de soñar. Es sólo que recordar el blog que me inspiró me ha hecho volver a pensar en por qué comencé yo el mío. Y recuerdo que había un fin. Algo que pretendo alcanzar y conseguir, y estos uno a uno son los pasos que doy hasta la meta.

Y ahora pienso, tanto rollo hace un mes con el quién, cuándo, cómo y porqué si se podía decir con una frase tan simple...

jueves, 26 de marzo de 2009

No me iré de este mundo sin

Acabar un libro de Sudokus nivel Samurai, ¡aunque me cueste años!

Leerme todos los clásicos de la literatura española del siglo XIX en adelante (sobre todo, los que no leí en el colegio)

Iniciar una cadena-bulo que de la vuelta al mundo en varias ocasiones, sea traducida a diversos idiomas, y la gente comente por las calles su posible veracidad o no al menos durante un período de tiempo, al más puro estilo Hotmail se cierra, Mercadona regala vales descuento, incluye la dirección X en el reenvío y entrarás en el sorteo de un portatil y/o Audi A3 o cuidado porque en el cine hay jeringuillas infectadas con SIDA que un grupo de seropositivos cabreados han colocado estratégicamente para provocar el caos en la sociedad (como si los pobres no tuvieran otra cosa de la que preocuparse)

Escupir en la Cibeles (con cariño, madrileños, aunque sea sólo como acto simbólico)

Aprender a cocinar un plato francés de esos minimalistas para invitar a la gente a mi casa y dármelas de entendida por una noche

Pasarme el Final Fantasy VII

Ir a un concierto/representación musical en directo de todos los estilos de música existentes (o que yo conozca, al menos)

Escribir un pequeño cuento por capítulos en este blog

Conseguir un aumento de sueldo que supere los 2000 euros mensuales e ir al bar más barato y cutre a celebrarlo

Decir de este agua no beberé y, literalemente, no beber (sin segundas intenciones, entiéndase agua y la acción de beber como tal)

Encontrarme un billete de 50 euros en la vía pública (el de 20 ya lo conseguí)

Hacer una película tipo amateur que satisfaga mis tentativas artístico-creativas reprimidas

Curar a alguien de una patología que nadie antes había conseguido diagnosticar

Mirar, escuchar y callar

lunes, 16 de marzo de 2009

Teoría del triunfador nº 5

Eres tan listo y lo haces todo tan bien que ya no te queda solapa para ponerte los pins.

Teoría del triunfador nº 5:

-"Si eres tú quien no vale una mierda, no trates a los demás para que se sientan como tal."

De ahí surgió hace años el famoso refrán: No es que seas superior o mejor que nadie, es que la gente conoce el respeto y tiene más educación que tú. Por lo que cuidado,
de tanto increpar, un día te van a dar dos hostias.

Así que ya sabes, aunque sea sólo por compromiso, cariño, empatía, sensibilidad... no intentes quedar siempre por encima de los demás. Y si lo consigues, tampoco sonrías después de manera que se note que lo haces con piedad. O de lo contrario los pins se revelarán contra ti y te agujerearán las meninges provocando un descenso de la masa cefálica y conduciéndote a una muerte instantánea.

Ay, men.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Y la última palabra

[¡Cuidado! Esta entrada puede sugerir spoilers, aunque no los contenga. No sigas leyendo, y repito, NO LEAS si todavía no has visto el final de The L word y estás interesado en la serie].

Hay cosas que pueden ser y otras que no. Simple. Pues es así. Y punto.

Sabéis, y si no os lo cuento ahora, que tengo especial sensibilidad y emoción a cualquier final de serie. Me ha pasado otras veces con series fantásticas (aún se me saltan las lágrimas cuando alguien dice las palabras: ¡deja que baje del avión!) o incluso con otras que hacía tiempo hubiese querido dejar de ver pero hasta que no acabaron 2 temporadas después no pude hacerlo.
Y es que como siempre digo, cuando acaba una serie, no acaba con ello sólo el entretenimiento y las aventuras, sino que mueren con ella todos y cada uno de esos personajes que durante un tiempo te parecieron graciosos, te enseñaban cosas, los odiaste a muerte o te daban rabia. Fuera cual fuera su papel o tu impresión sobre él, había hecho lo suficiente como para hacerte pensar en sus acciones y en el mejor de los actos, sentir con ellos.
Viéndolo así es normal entender que cada vez que se acerca un final season de una serie que no renovará más temporadas me ponga tan melancólica e incluso catastrofista. Y si no leeros el post de la semana pasada en el que ya auguraba tristezas con el final de TLW (aclaración para los que luego me decís que no se entiende lo que escribo).

Aunque hace tiempo que quería ponerme a escribir cosas sobre cualquiera de las series que veo, no ha sido hasta hoy que he tenido la imperiosa necesidad de hacerlo. ¿El motivo? Que me siento estafada, engañada, humillada. Ridículamente insultada.

Como decía al principio, hay cosas que pueden ser y otras que no.

Abierto puede estar un bar, un restaurante o un gimnasio.
Abiertas pueden estar unas puertas, unas ventanas o unas bocas.

Pero el final de una serie después de 6 temporadas, no.

¿En qué momento se le ocurrió a alguien crear los finales abiertos? Es más, ¿es en realidad un recurso, o una manera de justificar algo que no sabían como acabar sin frustrar cualquier espectativa?
Si no te atreves a indicar a uno de tus personajes como asesino después de toda una temporada de conspiraciones, no mates a nadie. Si no quieres reconocer un personaje suicida, no lo mates. Pero si quieres quedarte con toda la gente que te ha seguido durante tanto tiempo, déjalo abierto, tan abierto, que suponer un culpable u otro sea pura inspiración personal.

Y no sólo la trama principal de la última temporada. Deja si eso también abierto las relaciones establecidas, las resoluciones de los cambios en sus vidas o los problemas que justo surgían en los últimos momentos (¿es mi imaginación o nos daban a entender, a 20 minutos del final, que Helena empezaba a tener problemas con el alcohol? ¡A 20 miuntos del final! ¿Era necesario?)

Pues al parecer sí, tanta apertura parecen explicarla con la remota posibilidad de hacer una peli en plan póstumo, al más puro estilo Sex and the City. Y quizá ahí, desvelar los millones de tramas que quedan en el aire. El problema es: ¿Y si el proyecto no sale adelante? Cosa que, conociendo el mundo del cine no sería tan raro. Pues en ese caso, con esta apuesta de final abierto, habrían bajo mi punto de vista jodido terriblemente lo que podían haber solucionado en su momento.

Hay quien defiende por ahí esta elección alegando que de esta manera el propio espectador especula con su propia versión de los hechos y da más lugar a seguir hablando de ella, y bla, bla, bla. Me da igual. La poesía puede ser abierta, una pintura, una escultura... pero una serie de televión, no.

Hay cosas que pueden ser y otras que no.

De todas formas cabe destacar que fuera del enfado inicial (y que conste que me daba lo mismo como acabara cada una) es una apuesta atrevida y muy acorde con gran parte de la serie en sí: sin sentido alguno.
Sí es verdad que nos quejamos normalmente (o al menos yo lo hago) de siempre las mismas tonterías de finales en plan comedia romántica de Hollywood, el chico acaba con la chica y ganan los buenos, y cosas diferentes son de agradecer. Lo que pasa es que hubiera apostado por algo así con cualquier otra serie, pero no con ésta. No se merecía este final. O bueno, quizá sí. Mirándolo desde otro punto de vista, ha sido siempre una serie inconformista y peculiar. La verdad, no saber quién mata a Sheckter me hace no pensar con claridad.

Sea como fuere, finales abiertos que gusten más o menos, o no, no deja de ser el fin de otras vidas, otras historias y otra ciudad. Creo que igual de alguna manera no es tanto el final lo que me enfada, aunque sí el final en sí. No sé si me explico.

Pero supongo que al fin y al cabo da lo mismo, de aquí a dos estrenos próximos nos dejaremos de acordar, y si pensamos en su fin veremos lo mismo que veíamos en cada introducción desde hace varios años: a esas chicas tan guapas y triunfadoras ellas, cogidas de la mano, sonrientes, camino a una comisaria a la cual nunca llegarán.

Y es que pensándolo bien, quizá nunca fue nada más que eso.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La última pareja en pie

La historia de una noche puede resumir bruscamente la historia de una vida. Partiendo con la ilusión con la que sales de casa y descubres todo un mundo nuevo de alegrías y cosas por compartir.
El paso de las horas hace madurar tus pasos y tus movimientos, así como los vientos que soplan a tu alrededor. Habrá momentos felices, habrá desilusiones, seguramente habrá risas y puede que también lágrimas.

Una noche puede resumir una aventura, una historia de amor o un viaje pintoresco por el lugar más exótico. Puede hacerte conocer a una persona por como actúa, como piensa o como sufre.
Un baile cualquiera es todo un año de experiencias.
Una canción que te gusta es esa noche sin dormir. Los pasos que das, tu huella, y los ojos con los que miras, tu alma.

La historia de un baile puede resumir una pasión.

Las historias de unas vidas se pueden resumir en un baile.

Si cada persona es una porción de tierra, cada no persona es una parte de mí.
Aquí, en el precipicio de las cosas nos vemos mi pasado y yo, yo y mi pasado, intentando seguir el ritmo de la música, y así, cuando todo haya acabado, poder seguir siendo la última pareja en pie.