Para hablar y pensar libremente deberían dar licencias. Estoy cansada de escuchar gilipolleces, sea de merengues y de culés.
Me gusta el fútbol, como deporte, en su estado puro. Me gusta ser fanática cuando estoy en casa y veo los partidos sola o acompañada de los míos. Grito y escupo barbaridades hacia los contrarios cual hooligan inglés. Pero después me gusta ver repeticiones y repeticiones, análisis y situaciones. Me gusta valorar lo que se hace bien, los buenos jugadores y los buenos planteamientos. Pero sin contaminación, sin manipulación, sin comentarios partidistas.
Porque el fútbol en sociedad no deja de ser política llevada al extremo, sin contemplaciones ni respetos. Puedes soltar la barbaridad que te dé la gana presa de tu fanatismo y tu ceguera para sentirte mejor, que nadie tendrá por qué quitarte la razón. Porque aunque no haya polémica o no debiera, se inventa.
Me cansa siempre una y otra vez la misma canción. Nos olvidamos lo básico y lo sencillo: el fútbol es un deporte, incluso por encima del espectáculo. No me gusta la falta de fairplay. Sólo alimenta esa parte mediática de las competiciones pero mengua el valor del esfuerzo y la competitividad. No me gusta que Sergio Busquets se vaya al suelo y se retuerza de dolor cada vez que le tocan la cara para forzar tarjetas. Tampoco me gusta que Di Maria se tire a la piscina cada vez que tiene el balón para forzar faltas peligrosas cerca del área, como hizo ayer en 3 de las 4 faltas que le pitaron a favor. No me gustan las pataditas por detrás, ni los pisotones a destiempo, ni empujones sin balón de Arbeloa ni Marcelo. No me gustan los puñetazos antideportivos de Pinto camino a los vestuarios. Todo esto ensucia el deporte. Pero peor es que se haga demagogia con todo esto.
La hipocresía de los medios. Y de lo que no son medios. El show de Mourinho me venía haciendo gracia toda la temporada, pero creo que ayer se pasó tres pueblos. Ya no tiene argumentos ni sabe qué decir. Yo con 13 años tampoco soportaba que el barça perdiera y usaba los mismos cuentos que él ayer. Luego aprendí a perder. No sé que pensarán en su equipo sobre que en rueda de prensa sólo hable de él, y sus experiencias en años anteriores, que si Inter, que si Oporto, que si Chelsea. Apenas le escuché nombrar al Real Madrid. Alguien debería decirle que todo esto del fútbol no está montado solamente por él.
Las interpretaciones, los errores arbitrales y los aciertos forman parte del juego. Absolutamente a todos los equipos perjudican y favorecen alguna vez. Inculso las entradas fuertes, como ayer la de Pepe, forman parte de este mundo. Es un deporte físico, y aunque la dureza deba ser castigada, no se puede criminalizar a un jugador por disputar un balón. Cosas que pasan, y punto. Muchos culés deberían callar ahora que están a tiempo porque mañana puede ser Alves o Puyol, el que disputando el balón, se le vayan los tacos más arriba de la cuenta. Y merengues callar, porque entonces también pedirán roja. No existe arbitrariedad cuando está teñida de imparcialidad.
Pero no quiero hablar de polémicas. Me dan igual. Hoy es un día para ponerse tapones en los oídos y no escuchar tonterías. Porque cada uno habla e impone su verdad, en el único ámbito en el que no está socialmente mal visto: el fútbol. El que no está de acuerdo contigo es porque no tiene ni idea. Pues creo que las cosas no son así.
Opinar es gratis y todo el mundo tiene derecho a hacerlo. Pero pierde valor cuando se pierde la objetividad. Y creo que el fútbol es un deporte demasiado bonito como para que pase eso. ¿Cuándo estará mal visto manipular interpretaciones en el deporte? ¿Cuándo empezará a verse como demagogia discursos como el de ayer del entrenador del Madrid? ¿Cuándo volverá el fútbol a ser simplemente un deporte, y no una cuestión de estado mayor?
"No hay tontería mayor y más común que amargarse por las tonterías del mundo"M. E. Montaigne; pensador francés.
PD: Ya dije que a mí lo que más miedo me daba era la final de la copa del rey. Tengo la sensación de que esta película ya la he visto.
Me gusta el fútbol, como deporte, en su estado puro. Me gusta ser fanática cuando estoy en casa y veo los partidos sola o acompañada de los míos. Grito y escupo barbaridades hacia los contrarios cual hooligan inglés. Pero después me gusta ver repeticiones y repeticiones, análisis y situaciones. Me gusta valorar lo que se hace bien, los buenos jugadores y los buenos planteamientos. Pero sin contaminación, sin manipulación, sin comentarios partidistas.
Porque el fútbol en sociedad no deja de ser política llevada al extremo, sin contemplaciones ni respetos. Puedes soltar la barbaridad que te dé la gana presa de tu fanatismo y tu ceguera para sentirte mejor, que nadie tendrá por qué quitarte la razón. Porque aunque no haya polémica o no debiera, se inventa.
Me cansa siempre una y otra vez la misma canción. Nos olvidamos lo básico y lo sencillo: el fútbol es un deporte, incluso por encima del espectáculo. No me gusta la falta de fairplay. Sólo alimenta esa parte mediática de las competiciones pero mengua el valor del esfuerzo y la competitividad. No me gusta que Sergio Busquets se vaya al suelo y se retuerza de dolor cada vez que le tocan la cara para forzar tarjetas. Tampoco me gusta que Di Maria se tire a la piscina cada vez que tiene el balón para forzar faltas peligrosas cerca del área, como hizo ayer en 3 de las 4 faltas que le pitaron a favor. No me gustan las pataditas por detrás, ni los pisotones a destiempo, ni empujones sin balón de Arbeloa ni Marcelo. No me gustan los puñetazos antideportivos de Pinto camino a los vestuarios. Todo esto ensucia el deporte. Pero peor es que se haga demagogia con todo esto.
La hipocresía de los medios. Y de lo que no son medios. El show de Mourinho me venía haciendo gracia toda la temporada, pero creo que ayer se pasó tres pueblos. Ya no tiene argumentos ni sabe qué decir. Yo con 13 años tampoco soportaba que el barça perdiera y usaba los mismos cuentos que él ayer. Luego aprendí a perder. No sé que pensarán en su equipo sobre que en rueda de prensa sólo hable de él, y sus experiencias en años anteriores, que si Inter, que si Oporto, que si Chelsea. Apenas le escuché nombrar al Real Madrid. Alguien debería decirle que todo esto del fútbol no está montado solamente por él.
Las interpretaciones, los errores arbitrales y los aciertos forman parte del juego. Absolutamente a todos los equipos perjudican y favorecen alguna vez. Inculso las entradas fuertes, como ayer la de Pepe, forman parte de este mundo. Es un deporte físico, y aunque la dureza deba ser castigada, no se puede criminalizar a un jugador por disputar un balón. Cosas que pasan, y punto. Muchos culés deberían callar ahora que están a tiempo porque mañana puede ser Alves o Puyol, el que disputando el balón, se le vayan los tacos más arriba de la cuenta. Y merengues callar, porque entonces también pedirán roja. No existe arbitrariedad cuando está teñida de imparcialidad.
Pero no quiero hablar de polémicas. Me dan igual. Hoy es un día para ponerse tapones en los oídos y no escuchar tonterías. Porque cada uno habla e impone su verdad, en el único ámbito en el que no está socialmente mal visto: el fútbol. El que no está de acuerdo contigo es porque no tiene ni idea. Pues creo que las cosas no son así.
Opinar es gratis y todo el mundo tiene derecho a hacerlo. Pero pierde valor cuando se pierde la objetividad. Y creo que el fútbol es un deporte demasiado bonito como para que pase eso. ¿Cuándo estará mal visto manipular interpretaciones en el deporte? ¿Cuándo empezará a verse como demagogia discursos como el de ayer del entrenador del Madrid? ¿Cuándo volverá el fútbol a ser simplemente un deporte, y no una cuestión de estado mayor?
"No hay tontería mayor y más común que amargarse por las tonterías del mundo"M. E. Montaigne; pensador francés.
PD: Ya dije que a mí lo que más miedo me daba era la final de la copa del rey. Tengo la sensación de que esta película ya la he visto.