sábado, 31 de diciembre de 2011

Fin de año

Que no pasemos el año juntos, no significa que no podamos pasar el año juntos.
Que no pasemos de año juntas, no significa que no podamos pasar el año juntas.

Como mínimo, que cualquier año que venga, sea como poco poco mejor.
Al fin y al cabo mañana será un Domingo difícil de superar más, y el Lunes otro día odiable.

A todas las que seguís este blog, en especial a las que no os gusta: feliz año 2012.

¡Y ya sabéis, esta noche, a comer todo el marisco posible!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Acabando años

Sólo quiero volver.

Larga historia sobre la eterna insatisfacción, las ganas de cambiar cosas pero nunca hacer nada para que eso ocurra. Lo absurdo de mi vida.

Sólo quiero que vuelvas.

Y después, con polvorones y panderetas, cantamos las mismas canciones de cada año olvidándonos de las letras siempre en el mismo momento después de los conocidos estribillos. Y hablamos de lo absurdo, como en Marzo, en verano o en el puente de la hispanidad.

Esperando que después de todas las cosas, nada pueda entristecernos más, o que nada pueda hacerlo nunca.

Ya echamos de menos demasiadas cosas para ser tan jóvenes.

Por cierto, se me ha planteado una duda que nunca había asomado por mi cabeza: ¿Por qué se desean felices fiestas? ¿Dónde está el plural? Porque por lo que yo sé, ésta, y la semana que viene, van a ser dos fines de semana igual a los del resto del año.

Estúpidas celebraciones.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Deja que brille

A veces la mejor manera de decir algo es, precisamente, no diciendo nada. A veces simplemente las sensaciones y los recuerdos salen a flote y florecen de la nada cual hormiguita voladora en jardín de primavera. Es como el día, mejor dejar que brille por sí mismo en su esplendor.

Recuerdo hace un tiempo un día como hoy alguien lanzó sobre mí una amenaza atroz: "Te mato. Pero... ¿cómo me haces esto? Te mato." Yo la verdad no terminé de entenderlo, aunque dejé que la expresión brillara por sí misma en su inmensidad. De todas las opciones posibles probablemente habíamos decidido elegir la peor, la que nos llevaría por el camino más complicado y más desesperante. "Me dejaré morir si es necesario".

Recuerdo aquello que empezó como historia de un viaje, y con el tiempo se ha ido expandiendo y ampliando a historias de muchos viajes. Recuerdo la gente, los lugares y el tiempo que gastaba en cada uno de ellos. Recuerdo confundir un hasta luego con ahora vengo. Te recuerdo simulando no venir y apareciendo. Recuerdo exactas 5 horas en un sofá sin poder siquiera alzar la voz, en el devenir trascendental de una lucha entre manos. Recuerdo 3 preguntas: una sobre alcochol, otra sobre fútbol y una última sobre ganas de besarte.

Te recuerdo verme marchar, y sonriendo. Siempre sonriendo. Y no dejar de pensar en aquella frase que resonaba en mi cabeza una y otra vez, brillando en su magnitud y acechando mi paz: "Será cuando, sólo entonces, todos los silencios que hayas destrozado habrán valido la pena."

jueves, 1 de diciembre de 2011

Cazada

Muy bien, llegó la hora, seamos sinceros. Este blog sólo es la adolescente catastrofista y algo vanidosa que nunca llegó a morir en su momento de mi interior. Y eso es algo que no quieres que todo el mundo vea de ti, suele dar vergüenza.

De personas de mi entorno, sólo les he mostrado este link a 6 personas. Una de ellas nunca llegó ni siquiera a entrar. Otra leyó una de las entradas, comentó en ella, y tampoco volvió nunca más. Una tercera era asidua y participativa en los inicios, pero se aburrió, hace ya bastante tiempo que no volvió a pasarse por aquí. Quedan las otras 3. Ah sí, y la gente del mundo que a veces se equivoca y entra aquí buscando otras cosas, que igual comentan, como igual vuelven, como que no. Eso es todo.

Pero hoy he sido cazada. Yo, con lo que he sido en referencia a la paranoia generalizada y la necesidad de preservar al milímetro cualquier muestra de mi vida privada, me he dejado el blog abierto con el portátil encima de la mesa del comedor mientras me iba tranquilamente a la habitación, cuando una amiga ha pasado a visitarme.

"¿El fútbol es injusto? ¿Qué es esto? ¿Tienes un blog de fútbol o qué?" Y en mi cabeza automáticamente ha sonado una palabra: "Mierda". Claro que luego lo de salir corriendo y cerrar el portátil de golpe, cual adolescente que esconde el cigarro cuando ve aparecer a su madre por la calle, pues no ha ayudado.

Aquí habrá un antes y un después. Esta persona me respetaba, me consideraba alguien serio. Y ahora estoy expuesta a que conozca cosas de mí que nunca le habría contado a nadie (de hecho, no lo he hecho, lo he dejado aquí cobardemente puesto para que lo lean).

Aunque, ¿sabéis qué? Me da bastante lo mismo. Sí, sí, lo que leéis. En cualquier otra época de mi vida hubiese vuelto corriendo a casa y lo hubiese borrado todo antes de que hubiera podido leer nada. Pero ahora mismo me da igual. No sé si es que me hago mayor...

...o igual que por fin vivo tranquila desde que no tengo nada que esconder.