Esta semana comenzamos una nueva y apasionante sección en este espacio virtual (vuestro favorito) que tiene relación con mi inminente mudanza. Os lo cuento, por si no lo sabéis, que me mudo a otro sitio, otra ciudad. No, no exactamente donde a mí me gustaría, pero todo es empezar. De hecho, me mudo a 10 minutos en coche. A 4 paradas de metro. Pero eh, algo es algo.
Así que como nunca he hecho una mudanza, ni sé como se hace ni lo que supone, voy a haceros a todos y todas participes de ello. Lo vamos a hacer todos juntos. Y todas.
Como decía, voy a empezar a empaquetar y meter cosas en cajas y bolsas. Cosas que puedan serme útiles allí claro, como mis libros y mi ropa. E intentaré deshacerme de toda esa mierda que nunca he entendido porque acumulaba durante años pero por un extraño efecto gravitatorio era imposible alejarlo demasiado de mí. Creo que lo llaman Diógenes. Esa sensación de: "no sé para qué, pero guardaré esto porque en algún momento me puede servir." Y, efectivamente, nunca le vuelves a dar uso.
Así que a partir de ahora cada vez que tenga alguna duda la postearé aquí en el blog, y esperaré ansiosa a que vuestra sabiduría me ilumine. De momento, me limitaré simplemente a esperar a que me digáis qué es lo que debería empezar a empaquetar primero. No sé si las películas, los recuerdos de la infancia o las plantas.
Ayuda, amigos. Quiero decir, amigas. Y gracias.