lunes, 31 de octubre de 2011

Mudanzas

Hola a todos y todas amigos y amigas del blog.

Esta semana comenzamos una nueva y apasionante sección en este espacio virtual (vuestro favorito) que tiene relación con mi inminente mudanza. Os lo cuento, por si no lo sabéis, que me mudo a otro sitio, otra ciudad. No, no exactamente donde a mí me gustaría, pero todo es empezar. De hecho, me mudo a 10 minutos en coche. A 4 paradas de metro. Pero eh, algo es algo.

Así que como nunca he hecho una mudanza, ni sé como se hace ni lo que supone, voy a haceros a todos y todas participes de ello. Lo vamos a hacer todos juntos. Y todas. [Offtopic] Mmm, creo que voy a empezar a omitir los sustantivos en masculino cuando me refiera al amplio público que me sigue. Creo que todas tenéis tetas. Este blog es un repelente de hombres. Una lástima, sí. [/Offtopic]

Como decía, voy a empezar a empaquetar y meter cosas en cajas y bolsas. Cosas que puedan serme útiles allí claro, como mis libros y mi ropa. E intentaré deshacerme de toda esa mierda que nunca he entendido porque acumulaba durante años pero por un extraño efecto gravitatorio era imposible alejarlo demasiado de mí. Creo que lo llaman Diógenes. Esa sensación de: "no sé para qué, pero guardaré esto porque en algún momento me puede servir." Y, efectivamente, nunca le vuelves a dar uso.

Así que a partir de ahora cada vez que tenga alguna duda la postearé aquí en el blog, y esperaré ansiosa a que vuestra sabiduría me ilumine. De momento, me limitaré simplemente a esperar a que me digáis qué es lo que debería empezar a empaquetar primero. No sé si las películas, los recuerdos de la infancia o las plantas.

Ayuda, amigos. Quiero decir, amigas. Y gracias.

jueves, 27 de octubre de 2011

Pesasueños

Hace un tiempo que se me repiten un cierto tipo de sueños prácticamente todas las noches. Nunca es el mismo exactamente, pero siempre pasa igual: algún paciente se me muere cerca.

No sé por qué mi mente me recrea estas imagenes. Normalmente agonizan durante un período más o menos largo de tiempo, hasta que comienza la crisis y siempre acabo gritando y pidiendo ambulancias a gritos.

Esta situación que casi se ha convertido en monotonía, hoy ha variado ligeramente. A la vez que una de mis pacientes desfallecía, en otra habitación adyacente lo hacía un familiar cercano. Y yo en mi eterna agonía de querer ayudar en algo sin poder hacer mucho.

A veces me pregunto de qué manera nos pueden afectar los sueños a los nervios diarios. Hace tiempo busco en mi cabeza alguna ansiedad que me somatice problemas físicos, pero no encuentro nada que altere mi paz del día a día. E igual es que tendría que buscar en las noches.

martes, 18 de octubre de 2011

Ordena tu cuarto, ordena tu vida

Hace tiempo ideé una de mis estúpidas teorías que no sirven para nada y que a nadie le importan. Así que sí, como imagináis, os la voy a contar.

Tengo la creencia estandarizada en mi interior de que hay una relación directa entre como manejas tu entorno físico, y como funciona tu vida al respecto. Creo que si tu habitación, tu casa, tu ambiente, es un caos, directamente tu vida será un caos. Pienso que una persona que no es capaz de tener su habitación ordenada, no puede ordenar su vida.

Así que en medio de la crisis de identidad que sufrí ayer, no se me ocurrió mejor idea para solucionarla, que ponerme a dictar orden. Pero esta vez he dado un paso más allá: ordenaré toda la casa.

Es la teoría evolucionada. Como ya no somos niños con problemas de cole y de chicos, nuestra vida no sólo se rige por el orden de un cuarto. Ya que prácticamente vivo sola, y manejo sola mi vida, si quiero que las cosas funcionen y se alineen por el buen camino, tengo que enderezar toda la casa.

Así que aquí estoy, como es costumbre cuando te dispones a buscar un lugar correcto a cada cosa, de momento con más cosas por en medio que ayer. Pero es parte del proceso. Hay que sacar mucha mierda antes de encontrar la paz.

Se tiene que sacar algo positivo de todo esto, seguro.

lunes, 17 de octubre de 2011

Siento ser pesada

Pero todo me desmotiva. Intento cosas y cosas, pero no puedo evitar sentir que nada me sale. No lucho contra la mediocridad, no ansío destacar en nada. Simplemente quiero hacer las cosas bien.

Siento ser pesada y estar siempre con lo mismo. No sirvo para esto, ni para lo otro. Esto no me sale, esto nunca lo haré bien. Sé que el secreto del éxito se basa en el esfuerzo, en creer y conseguir llegar a más. En luchar y bla, bla, bla...

No me sale el recorte. No me sale el Fa. No consigo motivarlos. No me entienden cuando hablo inglés. No hago lo imposible por hacerla feliz. Ni siquiera consigo a Fernando Llorente.

No estoy a gusto. No consigo decidir por donde ir, a donde tirar.

Sigo odiando los Lunes.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Es importante que sepas

Hoy me ha pasado algo importante. Justo 6 meses después de empezar mi periplo profesional en mi actual empleo, he tenido unas palabras amables de cortesía por parte de mi jefe. Tímidamente, me ha reconocido mi trabajo y me ha dicho que lo hago bien. Concretamente, ha recalcado: "Es importante que sepas que lo haces bien."

Y podéis imaginaros mi bienestar. Ya me imaginaba que eso que llaman vida adulta pues no iba a ser un paseillo de felicidad y felicitaciones. Ya sé que no iban a estar dándome palmaditas constantemente por cualquier cosa que hiciera, ni que me iban a aplaudir sólo por respirar. Lo sé, y lo sabe todo el mundo que esto no funciona así. De hecho, el único consuelo que se suele tener en estos casos es por aquello que se dice: "a ti si no te echan la bronca ni te recriminan que hagas más cosas o mejor, date por complacida". Y eso tenía que hacer hasta ahora.

Pero claro, es normal que a veces te puedan entrar dudas. Y más cuando hablas de una persona que piensa las 24 horas del día que sus actos están siendo criticados, o pueden serlo. La inseguridad es mala compañera. Creo que nos pasamos la primera etapa de nuestras vidas demasiado acostumbrados a ser constantemente evaluados, a medirlo todo por la nota que te dan. Lo realmente difícil es saber que se están haciendo bien las cosas, o no, por uno mismo.

Por eso que siempre es de agradecer un pequeño empujoncito para ganar en confianza. Y saber que haces bien tu trabajo y que están contentos contigo siempre es complaciente. Sobre todo cuando a veces tú mismo olvidas lo mucho que te esfuerzas para ello.