viernes, 18 de febrero de 2011

Salir de la portería

Aparentemente la selección alemana de fútbol tiene un portero reconocido como gay. Digo aparentemente, porque la información varía mucho según el periódico que te la cuenta. En unos sitios sólo ha hecho unas declaraciones en las que anima a posibles futbolistas gays a salir del armario para sentirse liberados, y en otros con esas mismas palabras reconoce abiertamente sentirse liberado al declarar su homosexualidad. Y a mí que oye, como que me da lo mismo, lo sea o no.

En caso de ser verdad se encumbraría en lo más alto y se convertiría en un icono del movimiento. "¿Un futbolista gay? ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Un torero?" se preguntarán aterrorizados en Intereconomía.
En un mundo tan machista (el del fútbol) sería todo un logro y todo un acto de heroicidad por la causa. Claro que por estadística, hay muchos otros que también lo son pero no dicen nada, pero esos entran en el mismo saco de "gente pública a la que odiar", como ya comenté en un momento con Rosana.

Pero es igual, este no es exactamente el tema por el que escribía en el blog. Desde aquí y desde ahora quiero invitar a hacer una reflexión pública, quiero probar e intentar abrir los ojos al mundo. Quiero jugar a ser Dios. Quiero asombrar a los humanos.
Ejem, como decía. Si hemos llegado al punto de aceptación, tal que hasta en el mundo más macho y varonil de todos (el deporte rey), un gay puede declararse como tal, y seguir jugando en su equipo, en su selección, lo hace bien, recibe elogios. No sé, directamente, puede seguir saliendo a la calle, respirando, en definitiva, le permiten seguir viviendo. ¿Será que el mundo no está tan mal, no?

Y aquí viene mi inquietud. ¿Cuándo podremos ver a alguien salir del armario también en fútbol femenino?

Justicia para todos.

lunes, 14 de febrero de 2011

Hamor lleva hache de hidiota

Voy a ser la que te despeje todos los balones.
Voy a ser la que aguante el tipo en algo serio mientras tú te descojones.

Voy a ser la que un día se levanta y se invente estas canciones.

Voy a ser la que cuando vayamos de tapas pida boquerones.
Voy a ser la que te ayude cuando te enjabones.

Voy a ser la que un día se levanta y se invente estas canciones.

sábado, 12 de febrero de 2011

Al fin y al cabo, ¿qué más da?

Creo que ahora es un buen momento para engancharse a los porros. Al fin y al cabo, ¿qué más da? No tengo nada más que hacer.

Es un buen momento para aprender a hacerlos, para no toser por fumarlos y para no tener que luchar para que se me mantengan abiertos los ojos.

jueves, 10 de febrero de 2011

No me gusta mi vida, prefiero la tuya

Hola hola, pajarito sin cola.

Hoy os voy a hablar de la necesidad de cambios sin esfuerzos. Nuestro pan de cada día.

No sé si alguna vez os ha pasado que conocéis a alguien por ahí (donde -ahí- puede ser la calle, una panadería, un bar, o un local de intercambio de parejas o en Ikea) y pensáis, con cara de sorprendidos y ojos saltones, vocalizando como niños de 6 años: "Uala, qué vida más chula, ojalá fuera tú".
Sí, lo sé, es lo más normal, os pasa cada semana.

Si ves la situación actual en la que se encuentra tu vida es una puta basura. Quieres llegar a conseguir cosas pero sin tener que pasar por el proceso. El proceso es un coñazo y está hecho para gente no vaga. El proceso es la mierda de la que te hablan y para la que te preparan durante los primeros 20 años de tu vida (aprox.), antes de que salgas del nido y vueles por ti mismo. Pero no nos engañemos, volar es una mierda. Y más si tienes vértigo.

Así que yo he decidido no volar. Ni volar, ni nadar, ni reptar, ni raptar (a nadie), ni comprarme una escopetilla de balines (dios, balines, creo que había escuchado/dicho esta palabra millones de veces pero nunca la había escrito... qué cosas tiene la vida). Pues eso, yo he decidido ansiar y soñar con tener la vida de otras personas. Al fin y al cabo la mía es muy aburrida.

Así que hoy, he decidido que soy un amigo de la infancia que una vez atravesó medio país borracho para comprarse unas botas que podía conseguir al lado de su casa. Cuando le pregunté que por qué había hecho esa estupidez, me contestó: "No estamos locos, que sabemos lo que queremos", mientras daba palmas y entonaba el resto de la canción.

Así que hoy soy esa persona. Realmente no sé qué es lo que quiero, pero me gustar pensar que parece que sí, y aparentarlo.

Para todo lo demás... zanahorias, que lleva hache intercalada y queda muy bonito.