martes, 7 de junio de 2016

Tanto en el tintero

A veces paso tanto tiempo sin escribir en este blog que me da miedo perderme cosas importantes de mi vida. El motivo es sencillo, cada vez que paso un tiempo sin entrar y vuelvo a abrir la página, releo los últimos post y me sorprendo con esa persona que escribe. Realmente podría ser una niña adolescente de 13 años, un señor mayor prejubilado o un mono traído del espacio para adiestrar a la sociedad actual, cualquier cosa menos yo misma. A veces me asombra que algunas cosas salgan de mí, a veces simplemente siento vergüenza ajena.

Esto me recuerda lo mal que recuerdo las cosas. No sé si fruto de una juventud perdida por la cultura del botellón, o qué, pero soy pésima para memorar historias, recuerdos, situaciones o sensaciones del pasado. Digamos que soy excesivamene selectiva, sin motivo ni rigor, con cualquier tema que haya ocurrido en mi vida.

La parte positiva es que esto ayuda mucho a mirar hacia adelante y superar situaciones dolorosas o incómodas. La parte negativa, y obvia, es que hay muchas cosas buenas que tampoco me suenan de nada, son como esos post que releo, de alguien ajeno a mí. Y me las cuentan y pienso: "anda que chulo, tuvo que ser interesante vivirlo". Y me miran con cara de decepción pensando: "cómo has podido olvidar esto".

Por eso que, sabiendo como soy y sufriéndolo como lo sufro, cada vez que paso un tiempo sin escribir aquí me da por pensar en tantas cosas que se tienen que haber quedado en el tintero. E intento recordar y hacer un resumen, contarme algo para el futuro y sorprenderme y tener ganas de conocerme si fuera otra persona.

Entonces me vuelvo a liar hablando de mierda y dejo que lo abstracto recree mi realidad. Y así, con pájaros en la cabeza, me olvido de los pájaros que sí que vuelan y llevan experiencias.