martes, 23 de marzo de 2010

En el exilio

Las versión moderna del blogger exiliado no tiene nada que ver con la censura política, idiológica o social.

Simplemente es una cuestión de ordenadores rotos.

Y la falta de entretenimiento es la excusa perfecta para que los días se pasen eternamente más lentos. En estos días es cuando me pregunto:
¿Cómo realmente podíamos pasarnos horas y divertirnos mirando la tele, previa era internet?
¿Siempre han habido las mismas horas comprendidas entre después de cenar y antes de ir a dormir o ahora se han alargado con la primavera?
¿Es ya sí el momento correcto para decir que queda una semana para Semana Santa?

No hace falta que contestéis, da igual, seguiré incomunicada hasta que encuentre un alma caritativa que me preste el p*** cd del Windows XP Professional o el tiempo suficiente para bajarmelo de algún sitio. Eso sí, volveré, y tengo enorme fe de que no sea para escribir un post sobre lo duro que es perder toda la información de tu ordenador (y de los últimos 5 años de tu vida) por no tener las malditas copias de seguridad. No, no tengo. Yo no hago de eso. Yo vivo al límite, me la juego.

Como buena kamikaze.

jueves, 11 de marzo de 2010

Me he quedado sin palabras

Aunque tengo mucho que decir.

domingo, 7 de marzo de 2010

Sueño de una noche de invierno

Igual que no se empieza lo que no se puede acabar, no se hace referencia a lo que no se puede explicar.

Pasado un tiempo te das cuenta que no es tan fácil hacer diana con los 3 dardos en una misma tirada. No es ni fácil ni común. Tampoco es el logro mayor ni la más grande proeza, si no te sirve para ganar la partida. Pero para tirar a diana tienes que tener dos virtudes a tu favor: puntería y valor.

Es como perderse 3 veces en una misma noche en una misma ciudad. Es como frustrarse dando vueltas a parques en los que no tenías que haber entrado. O acertar con la terminal pero en el último momento decidir cambiar a la incorrecta.

Los 3 dardos siguen la misma dirección, con igual fuerza y altura, pero aún así consiguen clavarse lo suficientemente alejados para no entorpecerse el uno al otro. No es ningún récord ni nada superior a lo común. Como hacer 3 trasbordos en un día y conseguir que ningún cojo te robe nada.

Es como dormirse con los ojos abiertos y contar hasta 3 antes de empezar a soñar. Porque en invierno los sueños se tienen con la luz encendida, y al apagarla, es cuando se hacen realidad. Y porque de la tortilla al monstruo hay el mismo cariño pero un abismo de calidad.

Espero en los próximos días poder editar para colgar la foto del delito. Mientras, seguiré durmiendo para intentar recuperar el sueño atrasado de las 3 últimas noches de invierno.

Prueba del delito



lunes, 1 de marzo de 2010

Llevas 123 días sin cambiar tu estado

Y he hecho otras cosas interesantes. Aunque quizás, lo que más, sea lo mismo. Porque igual que últimamente nunca aprendo de mis errores, tampoco pienso en las consecuencias. Como quien no se ata los cordones para salir a la calle o no lleva bufanda y guantes en pleno invierno. Quien lleva siempre el depósito del coche en reserva o quien confía en un chamán.

Además de todo y después nada, me queda grabada una musiquilla que pellizca con delicadeza allí donde ningún chute espírico puede llegar. Donde nacen los problemas y muere la vida. En el órgano que ahora resulta ser blanco.

Que bonito despertarse un día y darse cuenta que has dejado de ser nihilista.

Dorian - Cualquier otra parte



Canciones sencillas para gente sencilla.