Y de repente todo es bonito, y con flores. Y huele bien. Y sabe a helado de vainilla. Y suena a guitarra clásica.
Y con todo empezando de cero ya no quedan más remordimientos. Queda paz.
El Sol entra por la ventana y me toca, y me hace sonreír. Y pienso lo que nunca hubiera pensado que pensaría: tengo que limpiar esos cristales.
Y flores, y más flores.
Y paz.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)