martes, 25 de noviembre de 2008

Nick Game

Me salto la introducción. Todos tenemos Messenger, sabemos qué es un nick-name y nos lo cambiamos periódicamente. Quiero hablar de lo divertido: el juego oculto de los nicks.

Igual que hay gente que piensa que es importante la manera que tenemos de vestir, de hablar, o incluso de andar, por la manera en como tienen de definirnos frente a los demás, actualmente esto se ha extendido también a los nicks. Tu nick dice mucho de ti.
No quiero entrar tampoco en las eternas listas y descripciones humorísticas que han hecho ya muchas personas. Listas en las que por cierto, todos entramos y todos somos objeto de burla, aunque algunos parezcan más ridículos u horteras que otros. Todos podemos catalogarnos dentro de un estilo de "nickeros", o en varios a la vez.

El caso es que quiero hablar de un juego al que nadie se ha apuntado a jugar, al que nadie se le ha explicado el funcionamiento o incluso nadie participa conscientemente. Yo, por ejemplo, sólo juego de manera sutil con algunas personas de mi Messenger, los que supongo llegan a un punto de frikismo semejante al mío. Porque reconozcámoslo, hay que ser friki para entender la mecánica de este juego.
Y es que es un juego en el que no se puntúa, ni se gana ni se pierde. Simplemente se comparten experiencias que el resto de tus contactos no consiguen comprender. Y darse cuenta de ello es el objetivo del juego.

Que tu nick dice mucho de ti, es algo obvio, tanto si son muy amigos tuyos, como si fueron parte de tu vida en algún momento determinado pero ya no pintan nada y ahí siguen agregados. Por lo que no es lo mismo ponerte la letra de la última canción de Beyoncé, un resumen de tu última fiesta con los colegas o una frase de amor para tu churri de turno.

Este tipo de gente, por ejemplo, ganarían muchas papeletas para ser eliminadas directamente de tu cuenta. ¿Qué te puede aportar alguien que escoge la canción más comercial del momento como identificación social? Nada que no puedas recibir de ponerte una mañana los 40 Principales, por ejemplo. Que ya de por sí es poco, pero bueno.
Y qué me decís del que semana a semana tiene que dejar patente lo bien que se lo pasó el sábado anterior de -fiestuki loca-. Pues las ganas se te quitan rápido de abrirle una ventana e intentar conversar, ya que de alguna manera sabes lo que te va a decir. O lo más preocupante, lo que no.

Por eso en cierta manera lo que te hace hacer el juego es juzgar. Pero oye, que quieres que te diga, como cada uno está en su casa sentado en su cuarto con intimidad absoluta, no está mal visto. Hay gente que incluso acaba cayéndote mal por los nicks que se pone, o su comportamiento por el Messenger.

Por eso el juego es interesante seguirlo y tener mucho cuidado con lo que te pones. A la larga sirve para mantener comunicación con gente que quizá ya no pertenecen a tu entorno diario, pero tenéis una relación de afinidad "nickera". Yo tengo contactos con los que sólo hablo según por el nick que tienen. Sabemos y somos conscientes que nuestras vidas ya no nos interesan tanto, así que evitamos los temas banales. Esto es un punto muy a favor del juego.
De repente un día ves que tiene puesta una estrofa de una canción de los 70 que a ti te encanta. Es inevitable no comentarle el acierto en su elección y charlar un rato al respecto. Probablemente nadie más reconocería semejante frikada. En ese momento eres grande, y ganas puntos de afinidad con esa persona. Y cuando se acaba el tema, no necesitas hacer ver que te vas y ponerte ausente, ni nada así. Dices adiós y punto, aunque ambos sigais conectados. Es perfecto.

Otro caso, por ejemplo, es si usas de nick una frase célebre de una gran peli mítica. Mítica para quienes la conocen y se lo parece, claro, que será una pequeña parte de tus contactos. Pero sólo aquellos lo suficientemente frikis la reconocerán, y te sacarán tema por ello. O simplemente te sonreirán y te pondrán un (y). El símbolo de vuestro triunfo "nickero" mútuo.
Otro punto interesante del juego es cuando algún contacto en cuestión, te da la enhorabuena por la gran frase que te has puesto, pero te pregunta de dónde la has sacado. Estos noobs no merecen la pena ya que no sólo son unos ignorantes frikiles sino que encima lo demuestran sin vergüenza. Éstos, suelen tener nicks de amor y horteradas varias. Gente borrable.

Claro que tampoco es igual que te pongas algo poco común, pero común, que no algo común de verdad. Me explico. Hay gente que se piensa que por ponerse una canción de Los Suaves, por ejemplo, estás ganando un montón de puntos. Sí, es cierto que no es algo tan vulgar como Alejandro Sanz, pero tampoco es que sea muy díficil de reconocer. Como tampoco ponerse una frase del Señor de los Anillos y creer que eres tope original. O del club de la lucha. A esta gente no merece la pena felicitarla porque tampoco se lo ha currado demasiado. Quizás la primera vez, para animar y demostrar que está en el buen camino, pero ya. Hay que ir más allá para ser un buen jugador.

Así es el Nick Game. Yo tengo muy buenos competidores entre mis contactos, otros de calidad media, y la mayoría pésimos. Nunca nos ponemos nicks con la intención de ganar puntos, simplemente ocurre. Ahí recae la gracia de la espontaneidad afín con gente en concreto que te demuestra que puede ser interesante, que igual ni siquiera son tus amigos más allegados.
De igual manera yo seré un contacto horrible y borrable para otros. Pero no me importa. Cada uno elige las bases de su juego sin pensar quién te puede sorprender.

Juguemos.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La mujer en el gimnasio

Este relato habla de una anécdota ocurrida un día cualquiera (hoy) en el vestuario de un gimnasio cualquiera (al que voy yo).

Pepi: No sé qué me pasa, en la piscina del otro gimnasio me hacía de 8 a 10 vueltas a mi carril y salía tan tranquila. En esta piscina, doy 3 ó 4 y ya estoy que no puedo...

Sujeto 1: ¡Eso es por la profundidad! ¿No ves que ésta sólo tiene 1,40m?

Pepi: Ah sí, es verdad. ¿Y puede ser por eso?

Sujeto 2: Claro nena, es menos profunda que las demás y te cansas mucho más.

Pepi: Anda...

Sujeto 1: Claro, claro. Si a mí me pasa igual. Cubre menos y flotas menos... vamos, que te cansa mucho antes.

[Sujeto1 y 2 abandonan el recinto. Pepi se va a la ducha. 5 minutos después vuelve y nuevos sujetos han llegado comentado cosas sobre la piscina.]

Sujeto 3: Iré a nadar un poquillo aunque tampoco aguanto mucho aquí...

Sujeto 4: Sí, es verdad. Yo estoy media horilla como mucho y ya me canso. No sé por qué será...

Pepi: Ay nena, a mí me pasa igual. Eso es la profundidad.

Sujetos 3 y 4: ¿Sí?

Pepi: ¡Uy, y tanto! ¿No ves que sólo tiene 1,40m? Pues vamos, que cuesta más nadar y de todo. Yo el primer día ya lo pensé, y justo. Claro, flotas menos y eso...

[Pepi sale del vestuario sabiéndose la más lista del lugar, sin darse cuenta de que en las banquetas de al lado dos chicas se miran con cara de incredulidad por lo que acababan de presenciar.]

miércoles, 5 de noviembre de 2008

No more Tonti

Voy a intentar no ser muy mala ni ponerme demasiado burlesca o irónica para no parecer pedante. Dos días después (aunque podría haber sido uno), voy a contar mi Tuenti-Experiencia.

Primero de todo me gustaría pedir disculpas por mi post anterior en el que animaba a la gente a entrar a esta especie de secta social, en la que tienes que ser invitado expresamente por algún conocido para entrar, aunque fuera con la intención de hacer un Anti-Tuenti. Sí que es verdad que fue divertido aproximadamente durante 17 minutos (los que tardé en subir mis fotos de coña y en ver las de Cirila). El resto del tiempo sirvió, eso sí, para comprobar lo que ya sabíamos: no es nuestro rollo.

El primer problema de todos surgió cuando nada más registrarte una especie de sensor chupa-vidas avisa a tus amigos y/o contactos de Messenger de que has entrado en el círculo vicioso. Primera violación de intimidad, ya que en ese momento todos te envían supuestas invitaciones reclamando tu amistad. Que no significa otra cosa que tener acceso a tus datos, fotos y comentarios que escribas o te escriba cualquiera. Vamos, que en dos días todo el mundo que ha pasado alguna vez por tu vida, aunque sea la-chica-a-la-que-le-pediste-la-hora-en-una-panadería-de-Sabadell-hace-dos-años-cuando-fuiste-a-visitar-a-tu-tía-después-de-que-superara-una-gripe-por-su-viaje-a-Italia, te habrá agregado. Claro que, tienes que aceptarlos como amigos porque si no, violación de intimidad número 2: saben en todo momento cuando te has conectado al "Tuenti" por última vez o si estás online, por lo que no podrás decir que no habías visto su petición si es que no te da la gana tenerlos de amigos. Y como la gente enganchada no entiende que sudes de compartir tus cosas, parecerá que estás haciendo el mayor feo de la historia y pasarás al bando rancio de la sociedad; "- Pensaba que éramos amigas después de tantos años, pero que decepción, no me has agregado al Tuenti... ¡no quiero saber nada más de ti!"
Algo así fue el primer comentario que me dejaron en mi perfil...

Para evitar culebrones no tienes más remedio que hacer el ritual de aceptación social que se requiere. Lo peor es que cualquiera puede participar en la expansión de tu perfil como tuentiera. La gente te etiqueta en sus fotos, aunque tu no quieras, y salen dentro de tu 'espacio virtual' como si las hubieses subido tú mismo y permitiendo que todo el que quiera pueda verte en situaciones de lo más personales, ridículas o absurdas posibles. Así que no te conviene hacer ningún feo, ni desequitetarte, ni olvidarte de contestar un mensaje, ni pasar de nadie que pueda tener fotos tuyas comprometidas. Todo un mundo de buen rollo, vamos.
Así que si entras en Tuenti todo el mundo tiene que caerte tope de bien y tienes que tenerlos a todos como amigos. Aunque sea al gilipollas que te robaba el bocata en el cole, del que nunca querías volver a saber nada, o la chavala de tu pueblo que ni te saluda cuando te ve por la calle. Una vez estás en Tuenti todo da igual, y primero de todo te dejarán un mensaje para darte la bienvenida, preguntarte qué tal va todo y enviarte muchos besos seguido de un "venga ya nos pegaremos una juerga, loca!!". Aunque nunca se hayan preocupado lo más mínimo por tu vida ni supieran tu nombre antes de verte etiquetada en la foto de alguien.
En fin, después me enteré que el trasfondo de lo que buscan es aumentar su lista de amigos y visitas a su perfil, ya que al parecer eso sube tus puntos de molación en el mundo Tuenti. Sí, sí, juro que no miento y existe gente así. Y lo peor de todo: ¡tienen edad para votar y elegir el futuro de tu país!

Cuidado que yo entiendo perfectamente que la gente se sienta sola y necesite sentirse querido por los demás. Aunque sea la amiga de una amiga de una amiga de una amiga de una amiga de alguien que te suena de vista del barrio, que tanto enlazar amigos ha acabado en ti, y te ha enviado un mensajito comentándote una foto que te has hecho en el lavabo poniendo morros o sacando músculo. Y es que la gente no lo entiende pero es duro ser joven hoy en día, en una sociedad valorada por el físico y la superficialidad. Por suerte, páginas como éstas, no lo potencian para nada.

A mí lo que más gracia me hace es la gente que se excusa usando estas cosas porque, palabras textuales, "te sirve para reencontrarte con y saber de gente que hace mucho tiempo que no ves, como los del cole o curros antiguos que hayas estado". ¡Y yo pensando toda la vida que una de las mejores cosas de acabar el colegio era no tener que ver más a mucha gente de allí! Que sí, podéis decirme que es que también yo soy un poco antisocial, aunque yo más bien lo llamaría ser consecuente. Yo creo que no hay nadie que haya pasado por mi vida de la que no quisiera perder contacto y lo haya hecho. No nos engañemos, la gente que te interesa ya te preocupas lo que haga falta para, aunque sea, verte una vez al año o mantener contacto vía mail o vía Messenger en casos extremos. En el siglo XXI, si pierdes contacto con alguien, es porque quieres. Y quien diga que no, miente. O al menos yo no me lo creo.

Luego, siguiendo por tu paso a través del mundo tuentil, descubres la violación de tu intimidad número 3. Y es que tanto es privarte de ella porque tu vida la pueda ver hasta el último mono, como que tu puedas ver la de los demás y te priven de no tener porque tener una idea preconcebida de alguien y su vida íntima. Es decir, después de cosas que he visto, hay personas a las que no podré volver a mirar con la misma cara. Yo no necesitaba ver qué hacían en su día a día, en su finde a finde. No necesitaba saber qué tipo de gente eran ni con qué tipo de gente iban, sin poder descubrirlo por mí misma. No necesitaba saber que unas personas son aparentemente lo contrario a lo que luego predican. No necesitaba que me privaran a ese derecho a pensar en mi intimidad que podían ser normales. Si es que... yo no necesitaba entrar en algo así, definitivamente.
Sobra decir que nadie se moleste en buscarme por ahí, ya que mi nombre, mis datos, mis fotos etiquetadas y todo el mundo virtual enorme que en unas horas se había creado prácticamente al margen de mi intención, ya ha sido eliminado.

Pero como conclusión, esta rancia experiencia sí nos ha servido para sacar varias cosas en claro. Lo primero de todo, es que ya no nos podrán agobiar ni insistir con que entremos para que no lo critiquemos antes de probarlo, convencidos de que nos engancharía como a los demás (a los que normalmente al principio, también les parecía una tontería). Ya lo hemos probado y es exactamente lo mismo que pensábamos antes de verlo con nuestros ojos: una basura absorbe-cerebros.
Después, también nos ha servido para descubrir que la gente no tiene humor y, no es que se ofendieran por nuestras fotos ni nuestras burlas, es que ni siquiera se daban cuenta que nos reíamos de ellos.
Tercero, que la mejor manera de crear una plataforma Anti-Algo, es no participar en ese algo, dejando por supuesto que los que no piensan como nosotros participen con el respeto que se merecen (aunque a veces sea difícil).
Cuarto, como diría "Gregory House" (como si fuese alguien de verdad...): todo el mundo miente. Y como no, pondrán mil excusas sobre el por qué entraron allí o lo acostumbran a utilizar. Así que lo usen si quieren pero que digan la verdad: que les ha enganchado como lo que es, un escaparate para publicitarse frente a todos los demás. Y volvemos a lo de la necesidad de sentirse querido o aceptado por lo que se aparenta o por lo que se hace. Por la necesidad de molar. Quien realmente sólo quiere compartir sus fotos con sus amigos, usa métodos más privados normalmente.
Y por último y más importante, es que si alguien nos quiere conocer o quiere saber algo de nuestras vidas, que haga lo mejor que pueda hacer: poner interés. No hay nada más triste que regalar información y amistades con un "click". Será que somos demasiado ególatras, o antiguas tal vez. Pero si nosotras mismas a nuestra persona la valoramos, qué menos que los demás también.

[Edito: No quiero que nadie se sienta ofendido, que me lo veo venir. Hablo del Tuenti a nivel general y describo un tipo de gente muy enganchada, que la hay. Sé que no todo el mundo es igual y que hay gente para la que únicamente es otra forma de comunicación esporádica. Cada uno es libre de meterse donde quiera y bla bla bla... la mía es sólo una opinión tan válida como puede ser la de cualquier otro.]

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿De qué sirve ser culto y tener Tuenti?

Bueno una vez más aquí tenemos los resultados de la tan apasionante encuesta que había preparado para esta semana. El título es engañoso, solamente preguntaba "¿De qué sirve ser culto?" ya que sino parecería algo contradictorio en sí mismo añadiéndole el Tuenti, del que después hablaré.

En fin, la respuesta sorprendentemente ganadora ha sido la de "Para nada, ya que la ignorancia es la que te da la felicidad" con un 42% de los votos. Digo lo de sorprendente porque pensaba que mis lectores tenían algo más de respeto por la sabiduría y menos afinidad por la ignorancia, aunque visto de otra manera, si pierden el tiempo leyendo este blog no me extraña tanto. Claro que el 28% de los votos se va al otro extremo que contestó "Para satisfacer curiosidades y superarse uno mismo intelectualmente". Éstos no sé de donde han salido, pero de mi círculo de amistades seguro que no. Aprovecho para dar la bienvenida a los nuevos lectores anónimos que acabaron aquí de rebote y contestaron a esta respuesta. Lástima que a las dos semanas ya os habré aburrido y no volvereis.

Por último, ya que la respuesta "Para dejar a los demás como tontos" nadie la marcó, supongo que de manera completamente falsa ya que todo el mundo lo piensa pero unos no lo dicen por humildad, y el resto porque se sienten identificados con el bando tonto y cuesta de aceptarlo. Como decía, la respuesta ganadora fue contestada también por un 28% de los votos y fue la de "Para fardar en el Trivial con más quesitos que nadie". Y digo ganadora básicamente porque aunque creéis que es una pregunta subjetiva con millones de posibles respuestas lo cierto es que no, hay una sola correcta y es ésta. Es mi encuesta y fue la respuesta que yo marqué, así que los demás estabais equivocados. Y si no pensad: la gente culta lo suficientemente inteligente lo será de manera sutil y sin alardear de ello para no tener una vida social por los suelos. Sólo en casos como una partida de Trivial, así disimuladamente, demostrará su supremacia intelectual frente al resto. Los que son cultos pero poco inteligentes, se pasarán de listos y pedantes, por lo que nadie les aguantará ni querrán tenerlos como amigos así que no podrán jugar con nadie al Trivial y ser cultos no les servirá para nada. Lógica aplastante.

Yo, por si alguien se lo pregunta, juego al Trivial sólo con gente más tonta que yo para parecer lista, o en su defecto, para acusar a la gente con cultura de saberse las preguntas de memoria. El caso es que no sé cómo, pero yo también me he quedado sin nadie que quiera jugar conmigo. Será que mis acusaciones son falsas y la gente se molesta... o más bien que no queda nadie más tonto que yo.

Pero bueno, cambiando de tema, ya que hablamos de cosas inútiles, hoy voy a hablaros sobre el Tuenti. No, no es que ya esté demostrando mi ignorancia escribiendo mal el número veinte en inglés, es que ése es el nombre de una de estas tonterías de redes sociales que infectan la red. Lo sé, ahora me vais a decir que son esas absurdeces que siempre critico y de las que me río, pero luego acabo participando en ellas como cuando criticaba los blogs. Y el caso es que tenéis razón.
Vayamos por pasos. La primera vez que tuve noticia de este nuevo entretenimiento para adolescentes hormonados que usa hasta el último mono, fue cuando unas amigas comentaban no sé qué foto colgada en no sé qué página. Al preguntar, una de ellas muy indignada gritó a los cuatro vientos: ¡¡¿QUÉ NO SABES QUE ES EL TUENTI?!!
Yo, avergonzada de creer estar perdiéndome la última bomba de internet pensando estar siempre a la última en ordenadores, me interesé por el tema... durante dos minutos. Después, descubrí que era otra gilipollez de esas donde la gente pone sus fotos haciendo el zorrón/metrosexual creyendo ser modelos, o de fiestas con sus colegas en plan "somostopeguays".

Con el tiempo, cada vez más eran los comentarios que escuchaba sobre esta página, y me llegaban poco a poco invitaciones de gente que yo consideraba normal animándome a participar en ello. Claro que durante mucho tiempo estas invitaciones iban directamente a la basura del correo, como las de hi5, facebook y demás tonterías parecidas que todos recibimos de tanto en tanto, normalmente de la misma gente. Que vaya obsesión tienen algunos si lo piensas con publicitarse por internet. No hay red social de éstas en las que no participen. Claro que luego todo el mundo te dice: "No si yo sólo lo uso para colgar las fotos y que las vean mis amigos... apenas entro... me lo hice sin querer...es para reírnos..." pero siempre sale que la última sesión la iniciaron hace menos de 1 hora. Es igual, excusas aparte, la curiosidad acabó invadiéndome por dentro hasta que me asaltó a la linfa del cuerpo y le pedí a una amiga que me lo enseñara. Ella, muy sensata, me lo mostraba todo asegurando que era una gilipollez y que se lo iba a borrar, aunque se sabiese a la perfección como utilizarlo y conociera de memoria los perfiles de todo el mundo. De nuevo, excusas aparte, mi asombro llego a su punto máximo cuando allí estaba metido el 95% de mi gente conocida. Qué de gente cayó del pedestal y perdió mi respeto en un momento... bueno, quizá exagero un poco. O no. Da igual. Eso sí, a lo que vi cierta utilidad es a la posibilidad de que te inviten a fiestas y se convierta en una herramienta para quedar con la gente.

Anonadada por tal situación, no pude dejar de fantasear con la idea de entrar y crear un mundo de pequeñas burlas y parodias a todo el que estaba allí dentro, así como de inventar eventos absurdos con los que molestar. El Anti-Tuenti. Ésta es una de esas cosas que hacen que luego te quedes sin amigos, lo sé, pero teniendo en cuenta que el 95% están en Tuenti, no sé si los quiero. Nada más escribir esta frase voy a pedir perdón y decir que es broma. O no. Es igual.
Al comprobar que el 5% que no tenía cuenta en esa página coincidía con la gente habitual que suele pasarse por mi blog, decidí escribir para contaros mi hazaña... y animaros a crear juntos un mundo en Tuenti donde lo utilicemos sólo para lo único que puede servir: reírnos.
Quiero decir desde ya que no pretendo reírme de nadie ni molestar a la gente que es feliz usando estas redes para buscar pareja. O no. Definitivamente, es igual.

Lo dicho, si alguien quiere una invitación y algunas ideas graciosas con las que participar que lo diga. Lo más probable es que en una semana ni nos acordemos que existe. Y si no, es igual.

Nada más. Sólo avisar de que el primer evento que crearé será una partida al Trivial para tontos. Lo digo por si queréis participar, para que os dé tiempo a aprenderos las preguntas...

EDITO: [Aunque no es del todo cierto, porque esta tarde no me iba internet y no he colgado el post hasta ahora, pero bueno, cuenta como editado.] Si entrais en Tuenti aseguraros que nadie empiece a etiquetaros en sus fotos porque si no acabarás pareciendo un Tuentiero más. Casi sufro las consecuencias y me arrepiento de haber entrado antes de llevar un día. En fin...

EDITO 2: [Ahora sí de verdad]. Sólo decir que gracias a mi amiga Xuper que como buena Tuentiera me ha enseñado a desequitetarme de las fotos-tonterías de los demás. Ha quedado en falsa alarma. Gracias, amiga.