martes, 15 de diciembre de 2015

Las vacaciones de Navidad

Sirven para cantar, tocar la guitarra, leer libros que no quieres dejar a medias pero que no te interesan, y para ordenar cosas que el resto del año restan esparcidas sin vergüenza.

Es una puesta a punto para el año que entra. Ya me estoy preparando para ello. El año que entra va a ser el año del orden, de la guitarra, de la lectura y de la vergüenza. Eso, o será un año como otro cualquiera.

Me gustaría saber por qué tengo ganas de cocinar cosas que no sé hacer y de relativizar obligaciones. Si fuera capaz de llevar a cabo todo lo que tengo en la cabeza y en la forma en como sé que hay que hacerlas, sería una persona ideal.

El año que viene será el de la idealidad. No hay margen al error y a la desidia. Sólo aquel impuesto por la necesidad natural e interna de cada uno sobre no hacer aquello que realmente no te pida el cuerpo. Vamos, que todo se quedará en lo mismo.

La mente es como un espejo que te refleja el camino de la vida y te guía. El problema somos nosotros que al compararlo con la realidad no sabemos aplicar el guión.

La mente es un espejo. La realidad es el vacío. Si sabes reflejar el espejo en el vacío tu vida está guiada. Si das tumbos entre uno y otro, tu vida va a trompicones entre lo que debería ser y lo que es. Si no sabes hacerlo, caes.

Y ahora me voy a tomar unos canapés. Y a seguir de vacaciones. Y a tocar la guitarra, y a cantar, a leer, ordenar...

jueves, 3 de diciembre de 2015

La paz está en tu interior

El otro día vi un reportaje de 2 horas sobre Kurt Cobain. Bueno, realmente lo vi en 3 días diferentes porque era demasido largo, o la vida de Cobain quizá demasiado aburrida. Y no, no voy a empezar a soltar mierdas sobre el ídolo de la rebeldía de los '90 no vayamos a crear un "por Rosana mato 2".

Esto me hizo pensar dos cosas; cosa 1: ya no puedo morir de forma épica y ser recordada para la eternidad como un mito. He pasado los 27 años. Ya no vale la pena morirse, así que he decidido seguir cuidándome y esperando hacerme inmortal. Cosa 2: tu juventud no tiene sentido si no te drogas. Si sigues el camino, eres responsable y quemas etapas según lo establecido, habrá una parte de ti misma que nunca puedas explotar. Por suerte yo lo probé todo. Emborracharme hasta altas horas de la madrugada-tarde y noche de nuevo. Consumí marihuana, éxtasis, cocaína, heroína y cigarrillos mentolados. Se puede decir que estaba muy loca y viví al límite de lo permitido. Sobrepasé los 200km/h, hice caso omiso de las señales de "recién pintado" y rompí cosas públicas en lugares públicos para demostrarle al mundo como de enfadada estaba con la realidad.

Por eso a veces, y aunque ahora la paz vive en mi interior y siento que no tengo que demostrar nada al mundo, todavía hay momentos que me dan ganas de romper algo. De saltar, de empujar. De coquetear con  el dolor y de dejar volar la rabia. De sentir que no hay mañana y que no queda nada que no pueda ignorar lo suficiente. De ser rebelde y levantar el dedo corazón cada vez que alguien intenta llevarme por el camino que no me apetece seguir.

Por eso creo que la juventud y la rebeldía son tan importantes. Porque sin ellas no me creo que realmente sepas valorar de verdad que es la paz interior.

Creo que no soy tan diferente a Kurt Cobain y su vida de mierda. Quizá la diferencia es que nunca me dio por probar la heroína. Y menos mal.