martes, 24 de noviembre de 2009

No soy una más

Sonríes a primera hora como si tuviera algo de bueno esto de estar despierto. Como si nunca hubiese días especiales porque todos lo son. Yo no quiero hacerlo aunque entiendo perfectamente tu actitud. Yo siempre había sido así.

No voy a ser una más. No quiero ser una más.

Preguntas con cierto miedo y pones esa mirada desilusionada cuando me escuchas responder. Miras al suelo buscando arreglar la situación, y te perdono. Al fin y al cabo tú no tienes la culpa de buscar oro donde sólo reluce el cobre quemado.

Aún así no voy a ser una más. No me iré de aquí hasta asegurarme que recordarás mi nombre.

Me hace gracia que hables de mí en nombre de otra persona. Que sutilmente critiques sus torpezas a modo de que lea entre líneas y lo interprete como consejos. Y tú que no ves que no puedo reaccionar mientras me estás mirando. Pero gracias, de todas formas.

No estoy siendo una más. Y no dejaré que con el tiempo lo sea.

Te robaría las palabras por cerrarte los labios si no fuera demasiado atrevido hasta para mi subido exceso de confianza. Si me dejas pasar del codo te arrepentirás.

Porque no seré una más.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Respirando el humo

Y yo que miro al infinito cada dos por tres como si estuviera viendo algo, como si algo llamara mi atención, desde el día que conté a pares las veces que cerré los ojos cuando tenía por bandera un tabú y por ilusión el desgaste.

Y me quedo respirando el humo de tus indecisiones que me alejan de ti pero me acercan a mis ambiciones.

Y si me paso la vida buscando ese rincón que sé que existe pero que nunca encuentro, si me paso los días de barra en jarra creyendo tener razón sin sacar nunca la misma conclusión, no es que no acierte o me desespere, es por no seguirte sin que me veas. Y si vomito sandeces pasadas las 3 de la noche no me lo tengas en cuenta, que peor fue cuando lo hice y aún estabas despi****.

Y me quedo respirando el humo de tus nervios y tus excusas, que me acercan la paz pero me apagan por dentro.

Acabo despierta creyendo que sueño, y que el sueño es mejor que soñar despierta, porque verte sin mirar a lo lejos no es ni siquiera una melancolía ni una ironía. Yo que todo me lo quedé ya he soñado que te lo he dado. Apaga la música ahora que todo lo dicho ya se ha grabado antes de que te hagas daño.

Y me quedo respirando el humo de tus esperanzas y tus historias, que me atrapan como me atrapa el sabor dulce que mengua las noches amargas, pero que realmente creo que no me interesan a pesar de que durante siglos esperé por ellas.

((Jodeos, os lo habéis ganado por elegir "que me toque ventanilla en un viaje de autobús/tren/avión" como lo que más os gusta hacer. ¿Es que no os dáis cuenta que era la opción de relleno?))

domingo, 22 de noviembre de 2009

Mala

Mala. Eres mala. De las peores. Casi la peor.

Pero no mala en el sentido de maldad. No mala de ir robando bolsos o de ir pegando patadas a los bastones de los ancianos para que se caigan. No mala de vándala o delincuente.

Pero eres mala. Torpe, lenta y mala. Un estorbo.

Y no en el sentido de mala persona. No mala por ir engañando a la gente o ir traicionando las confianzas. No mala de cruel o manipuladora.

Simplemente mala. Con todas sus letras y en cualquier idioma. Dolenta, bad, méchant, mau, schlecht, cattiva. Y más cuyas grafías no existen en mi teclado.

Aun así sigues siendo mala. Mala, cobarde y rozando la inutilidad. Llegando a parecer estúpida.

Mala. Aunque no dañina como un yogur en mal estado o el agua que se ha calentado al Sol dentro de la botella. No como una pandemia infecciosa o un vius letal. No como la lepra.

Mala. Eso soy. Y eso seré.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Sin cuentas para-con nadie

Mira hacia arriba. Respira.

Cuenta hasta a diez y vuelve a respirar.

Ya está, se acaba, un domingo difícil de superar más.

Mañana lo dejo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Por Un Mundo...

PUM... sin gente que escuche su música en público con el móvil, ¡compraos unos putos cascos!

PUM... sin gente que se quede parada en el lado izquierdo de las escaleras mecánicas del metro.

PUM... sin gente que se quite la camiseta en los conciertos y crea necesario estar todo el rato moviéndose para estampar su torso sudado y maloliente en los demás.

PUM... sin gente que ya pida los cafés cuando están tomando nota de los postres.

PUM... sin gente que fume en los ascensores.

PUM... sin gente que todavía siga haciendo bromas manidas, repetitivas y absurdas sobre minorías sociales. Aburre.

PUM... sin gente que envíe correos electrónicos de los considerados cadenas, ya sean de risa, de amor, alarmas policiales, conciencia social, estafas comerciales, etc.

PUM... sin gente que te dé conversación en el metro/autobús aunque vean que estás leyendo.

PUM... sin gente que no levanta su puto culo del asiento del metro/autobús aunque la señora de 930 años que tiene de pie delante se le esté cayendo encima.

PUM... sin gente nacida después del 1980 y que escriba "habeces" como frase advervial de frecuencia.

PUM... sin gente que te cuente lo que va a pasar cuando haces claras muestras de interés por descubrirlo por ti mismo.

PUM... sin gente que no te cuente qué ha pasado cuando haces claras muestras de interés por querer saberlo.

PUM... sin gente que intente hacerte sentir mal por sus inseguridades y sus complejos cuando estás tranquilamente comiendo.

PUM... sin gente que menosprecie tu historia o tus sentimientos solo porque no son supuestamente normales, dándole así más importancia a cualquier gilipollez que le ocurra a los demás.

En definitiva, por un mundo... sin gente.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Señora optimista

Esta mañana me he levantado y como llevo haciendo durante muchos días, lo primero que he hecho es ponerme esta canción y escucharla varias veces.



Después, espontáneamente, ha salido una conversación sobre esta canción.

Al rato, ha surgido una conversación sobre los celos.

Más tarde, casualmente ha sonado por la radio mientras volvía a casa.

Sólo ahora, al final del día, he conseguido que mi optimismo se volviera enfermizo.