Hace días que llevo pensando en escribir un post sobre la victoria de España en la Eurocopa. Y digo días porque no nos engañemos, todos sabíamos que iban a ganar. Y si no daba bastante igual, porque la gente ya había celebrado lo que realmente le hacía ilusión, que era pasar de cuartos. Ya nos sentíamos ganadores con ello. Que si lo piensas vaya tristeza, vaya país de desgraciados que se conforma con estar entre los 4 primeros y no tiene más aspiraciones. Pero claro, cuando te acostumbras a vivir a base de derrotas, muchas veces vergonzosas, como que cualquier cosa es válida para estar orgulloso. Los penalties contra Italia fueron nuestra final. Lo que vino después, puro trámite deportivo.
Pero tampoco quiero hacer un análisis futbolístico ni poner unos resumenes de lo que ha sido esta competición. Para eso ya están los desinformadores deportivos acribillandonos minuto a minuto por la tele durante vete-tú-a-saber cuánto tiempo más lo van a exprimir. Y mira que ha sido una Eurocopa bonita. Yo (y ya sé que esto queda feo cuando ya ha pasado y parece que te tiras el rollo de experta) desde el principio iba con Turquía. Bueno, no me malinterpretéis, obviamente iba con España, pero cuando ya has seguido alguna que otra competición de fútbol de naciones sabes por experiencia que tienes que elegir otro equipo al que darle ánimos para que el torneo no se vuelva soso e insustancial antes de tiempo. No voy a mentir, yo fui de las primeras que se atrevió a decir: "pero a ver, que NO podemos ¬¬" mientras que medio país volvía a ilusionarse con los perdedores de siempre y el otro medio también lo pensaba, pero no se atrevía a decirlo. Por suerte algunos me recordaron que no eran los MISMOS perdedores de siempre, y que sin Raúl sí podíamos. Y qué razón tenían y yo que equivocada estaba...
De todas maneras, menos mal que eliminaron a los turcos en semifinales porque sino no hubiese sabido con quién ir. Y es que esos el gol de Torres nos lo hubiesen remontado fijo.
Pero es que tampoco íbamos a engañarnos y a ser triunfalist-AS con un equipo que tiene un central que se llama Juanito y un portero llamado Pepe. Ya me dirás tú que confianza dan. Y ya ni te cuento la imagen del entrenador, sacado de algún documental sobre la España profunda. Que solo le falta salir del banquillo con la boina y el palillo de lado en la boca diciendo: "yeeeeeehaaaaa, pero que te s'ha pasao de que pitar la faaaarta". Pues a los más desconfiados claro, nos costó creer en lo que nos pretendían vender. Aunque también tengo que decir que me alegro mucho por Aragonés. Ni que decir tiene que ha tenido su parte de culpa en la victoria, aunque nadie sepa bien en que medida, pero sobre todo por dejar en evidencia a esos, más paletos todavía, pseudoperiodistas sacados de "El club de la no comedia" que tanto le descuartizaron y pidieron su cabeza (incluso se la cortaron para después de la Eurocopa). Los, entre otros, Manolos.
El caso es que la euforia colectiva que ha experimentado este país en la última semana ha sido es-pec-ta-cu-lar. Creo que ni cuando Aznar abandonó la Moncloa se respiraba tanta paz, alegría y confraternidad entre los españoles. Hemos vivido todos en una burbujita de ilusiones que no queríamos casi ni respirar no fuera a ser que explotara. Y sino que alguien me explique por qué realmente se temió en las semifinales contra una Rusia a la que ya le habíamos metido 4 goles un par de semanas antes. Todos cautos y sigilosos como si de la misma Argentina o Brasil se tratase. Oh, cuidado, que viene Arshavin, un tío que nadie conocía y ahora todos quieren y nos va a meter 7. Así pasó, otro repaso, y luego de nuevo a flipar con "el mejor fútbol de la historia y sus jugones". Porque eso sí, aunque estemos acostumbrados a fracasar campeonato a campeonato, a nosotros la boca no nos la enfría nadie, y a la mínima ya vendemos la piel antes ni de que nazca el oso, porque lo de cazarlo ni se cuestiona. Por suerte, por una vez salió bien y contamos con 23 auténticos cracks que hubiesen sido unos paquetes más como todos los anteriores de no haber alcanzado la meta. Pero bueno, qué os voy a contar que no sepáis ya sobre cómo van las cosas aquí.
Y por fin, lo mejor de todo ya llegó después de la final. Más petardos que en San Juan (bueno, la verdad es que no, pero casi). La gente salía por los balcones gritando y saltando, por las calles, con banderas, las caras pintadas, los coches pitando, todos borrachos de emoción (y de cerveza/cava). Aunque también es verdad que tampoco fue algo demasiado global. Algún malpensado decía: "Claro, aquí es que hay mucho catalán que le da igual España". Hombre, pues sí, haberlos haylos, pero pocos pocos, lo que hay es mucho chino/marroquí/rumano/sudamericano en el barrio que realmente sí les da igual. Ellos formaron el único 14% de audiencia televisiva que no vio el partido y no salió a la calle. Bueno, ellos y los más puristas del país que se negaron hace tiempo a seguir a la "Roja", y que España fuese relacionada con "rojos". Pero eso, ya es otro tema...
¡¡Y QUE VIVA ESPAÑA!!
1 comentario:
Si no fuera porque soy más perro que Niebla, habría enviado una carta a Monegal pidiéndole que buscara las imágenes de archivo de Los Manolos (que deshonra para ese gran grupo de música que nos ha regalado temazos hilarantes como "Nos vamos a Marte") diciendo que Aragonés chocheaba y riéndose durante 5 ó 6 minutos. Después, las hubiese contrastado con los mismo capullos pidiéndole la continuidad.
Muy bueno todo, jeje. Hay algo que me resulta familiar :P
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