Aunque parezca contradictorio, no lo es. El silencio es uno de los sonidos más molestos y ruidosos que puede haber. Se te incrustra en la cabeza y rebota. Da golpes, como una resaca dominguera de vodka.
El silencio da calor. Te hace mirar a todos lados como si pudieras oír algo en cualquier momento. Se te pega a la piel y te hace odiar cada poro de tu cuerpo. Da miedo y paz a partes iguales. Da hambre y sed.
El silencio también hace compañía. Te ayuda a levantarte temprano y te hace sentir miserable. Te engaña y te complace a la vez.
La compañía del silencio es como el significado de una cerveza. Reconfortante y traicionero. Triste y necesario.
viernes, 16 de junio de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario