En esta pequeña, absurda, insignificante pero bella vida que nos ha tocado vivir, a veces hay que tomar decisiones arriesgadas. Lo aprendes desde pequeño cuando juegas al monopoly y empiezas a hipotecarte a base de hoteles en calles caras. Algunas veces salía bien, y otras caías rápidamente en bancarrota, pero tenías que jugártela para evitar que el juego se volviera monótono y aburrido.
Vale, no voy a engañar a nadie, no me voy a tirar el rollo. Yo era de las que nunca ponía hoteles. De hecho, ni siquiera compraba las calles demasiado caras. Me gustaba comprar las calles con nombres chulos (siempre compraba Balmes, que aunque no sabía donde estaba, es la calle donde nací), o coleccionaba las que tenían los colores que más me gustaban. Aunque rompiera el mercado pagando precios desorbitados por cosas que no lo valían tanto, al estilo del fichaje de Cristiano Ronaldo, y cosas así.
Al final, evidentemente, el juego se volvía monótono y aburrido porque siempre entraba en fase de ahorrar y ahorrar y nunca me parecía que lo había hecho lo suficiente como para arriesgar en infraestructuras mayores. Además, que pensaba que los grandes monopolios no eran para mí, no necesitaba acaparar la economía. O igual más bien que yo no era lo suficientemente buena para ellos. Y no era falta de ambición o pena por los que podían perder. Era falta de valor.
Y así, con una sensación de dejarlo a medias, acabo el post. Ya me he cansado de explicarlo todo. Al fin y al cabo, yo sé cual es la conclusión de todo esto, así que me da igual. Y por otro lado, sé que a vosotros también. A veces me pregunto, ¿por qué sigo escribiendo aquí?
lunes, 18 de enero de 2010
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4 comentarios:
mmm... conclusión?? :) además no te quejes de que siempre explicas las cosas cuando la mayoría de las veces te tenemos que interpretar..jaja..
señorita Jade... ^^
Me tenéis que interpretar. Soy como el código morse, o el lenguaje de signos, o esas cosas.
Eso es porque no preguntáis, si no lo explicaría todo (siempre y cuando quien pregunte haya marcado la última opción de la encuesta, si no es el caso, paso).
¿Y cual es la conclusión pues? No dejarás a tus anónimos con la intriga...
Wiki-Wiki: "Alea jacta est es una locución latina de uso actual que significa "se echó el dado", "el dado fue echado" o "la suerte está echada"".
Pues eso, que o me voy a la bancarrota o me hago multimillonaria, pero apuesto a lo grande. Nada de conformarme con calles chulas o colores molones. Quiero la ciudad entera, la más bonita de todas para mí. La decesión está tomada y no hay vuelta atrás. Alea jacta est.
Aunque que la consiga, ya, amigo anónimo, no depende tan solo de mí...
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